Con Menorca la relación fue muy intensa en la década de los 90,
tras adquirir la finca «Quatre vents» en Alcaufar Vell, en el
término de Sant Lluís. Durante varios años el artista y su familiar
pasaron largas estancias en esta vieja casa, espaciosa y de bello
jardín. Chillida aseguraba que Menorca le inspiraba para su obra,
«por sus formaciones geológicas, sus cambiantes juegos de luz y su
color». Pero su idilio con la Isla se rompió cuando entablaron
diversos contenciosos con el Ajuntament de Sant Lluís al impedirles
hacer una ampliación en la casa al ir en contra de la normativa
urbanística. De esta manera Chillida se alejó de Menorca, ya que el
hecho le afectó mucho anímicamente.
Las fotografías inmortalizaron a Chillida junto a otros dos
artistas, Calder y Sempere, en 1971, en la primera galería
Pelaires. Pinya le recuerda «siempre cariñoso y con una
personalidad muy potente; también era un excelentísimo poeta, muy
profundo, que escribió unos versos preciosos para el catálogo de la
exposición de nuestro treinta aniversario, para el que hizo el
logotipo». También le califica de «muy amante de su trabajo» y
recuerda que «su proyecto para Tindaya, en Canarias, me lo explicó
varias veces con una ilusión tremenda; era uno de los artistas más
importantes que ha dado España, no sólo aquí, sino a nivel
mundial».
La primera exposición individual de la obra de Chillida en Palma
fue en el Centre de Cultura Sa Nostra, en 1995, de la que también
se editó un catálogo. Albert Ribas, entonces director del espacio,
recordó aquel hecho: «Fue una producción nuestra, muy completa e
interesante para la ciudad, que comisarió Antonio Niebla, en la que
había terracotas, 'gravitaciones' y un granito enorme en el patio;
itineró por Eivissa y Menorca, donde Chillida la visitó». Los
palmesanos tienen la suerte de contemplar en la Rambla una obra del
escultor vasco, «Lugar de encuentro V», pieza que la Banca March
compró en 1975 para su sede central y que, en 1998, cedió a la
ciudad. Otras dos esculturas forman parte de colecciones
mallorquinas. «Mural» pertenece a la Colecció Serra, mientras que
«Elogio de la arquitectura», a la Fundación Bartolomé March.
Chillida acompañó a Joan Miró, por quien sentía, según confesó,
«una admiración enorme», en su estudio de Son Boter en 1979. En
1992 recorrió la Fundació Pilar i Joan Miró y se encontró con la
viuda del artista, a la que visitaba cuando viajaba a Mallorca. Un
año más tarde, junto a su mujer, Pilar, recorrió la Seu y el Museo
de Valldemossa.
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