Un momento de la obra en la que «cualquiera puede sentirse identificado». Foto: JOANA PÉREZ.

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TOMEU OBRADOR Deborah Gismondi es Giselle; Mick Zeni es Albrecht; y Andrea Volpintesta, Hilarion. Los campesinos están representados por Lara Montanaro y Antonino Sutera. Estos son cinco de los personajes principales del espectáculo «Giselle», que el ballet del Teatro de la Scala de Milán llevará mañana noche al escenario del Auditòrium de Palma. La pieza se incluye dentro de la VII Temporada de Ballet de Mallorca.

Se trata de una versión libre del clásico romántico realizada por la directora y coreógrafa Sylvie Guillem. El director artístico de la renovada Scala de Milán, Frederic Olivieri, detalló que intervendrán un total de 90 bailarines. «He querido cambiar la fama de antiguo que ha acompañado el ballet 'Giselle' y dar una imagen más próxima a la verdad», señaló Olivieri, que situó la coreografía de la obra entre la versión romántica clásica y la contemporánea. El cambio se ha aligerado «el peso de la tradición», hecho que diferencia el espectáculo de sus versiones anteriores. Si se le suma el vestuario, los pasos y la escenografía, el resultado es una pieza más actual.

Esta creación de Guillem, en la que, según el director artístico, «ha puesto toda su persona y corazón», consigue «acercarse al público a través del sentimiento y el espíritu». En este sentido, la obra está basada en «la verdad, la sensibilidad y la interpretación», no sólo de los protagonistas de una obra de amor, traición y perdón, sino también de los bailarines que, como un coro, están en el escenario interpretando «como en un teatro».

Olivieri consideró que esta actuación es «un acontecimiento importante para Mallorca». El ballet quiere mostrar su «potencia artística» y, al mismo tiempo, «promocionar a gente con talento». El director artístico destacó la gran participación de los bailarines en el primer acto, en el que se muestra la plaza de un pequeño pueblo donde están representados los caracteres humanos de la sociedad: una pareja de mayores, músicos, niños y un gato. «Cualquier persona puede sentirse identificado», apuntó.

La obra escrita por el poeta romántico Théophile Gautier y por el autor de libretos para danza Jules Henry Vernoy de Saint George trata sobre el mito de las willis, las doncellas fantasmas del bosque que aparecen por la noche clamando venganza por las falsas promesas de amor. Así, «Giselle» narra la historia de una joven campesina que tiene dos enamorados, un guardabosque y un extranjero que utiliza un nombre falso para encubrir su identidad, ya que se trata del Duque de Silesia. Cuando el guardabosque lo descubre, revela la verdad a su querida, que, presa de la locura, muere y se convierte en una willi.