Redacción Cultura30/08/02 0:00
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El contrato firmado ayer entre la Fundació Art a la Seu y Miquel Barceló se inicia refiriéndose a la propiedad intelectual. Ésta pertenece a Miquel Barceló y el Capítol Catedral tendrá derecho a reproducir la obra encargada al artista para venderla, siempre con el visto bueno del artista. Sobre el proyecto, el contrato establece dos fases. En la primera, Barceló creará el mural de cerámica que representará el milagro del pan y los peces, el sagrario, el altar, un candelabro, la silla presidencial y dieciséis sillas más. En la segunda fase, creará los cinco vitrales de la capilla.

El contrato también se refiere a los términos de ejecución. El mural deberá estar acabado en junio de 2003, teniendo como máximo un margen hasta diciembre de este año. Para el mobiliario el plazo es hasta diciembre de 2004. Para la segunda fase aún no hay fecha prevista.

El contrato establece también el costo total de la obra. La primera fase costará 2.500.000 euros, iva incluido, mientras que la segunda ascenderá a 1.000.000 de euros. El contrato establece también los pagos que se efectuarán hasta completar la cantidad total, aunque no se dice nada del desglose del proyecto. También afirma que el costo cubre «los honorarios del artista, creación de obras, estudios técnicos, fabricación de moldes, materias primas, estructuras, plantillas, mano de obra, desplazamientos, alojamientos y dietas de los operarios, así como el transporte y la instalación». Pese a que habla de los honorarios, no detalla lo que cobrará Miquel Barceló por su actuación.

En este punto se añade que: «Miquel Barceló quiere dejar constancia que, aún que el altar, ambón, candelabro, silla presidencial y los bancos que forman parte del proyecto, han de ser considerados como un regalo a la Catedral, es decir, que el señor Barceló se hará cargo de los costos correspondientes a estos elementos». Por último, establece que «las divergencias que puedan surgir en las interpretaciones o cumplimiento de este contrato serán sometidas y resueltas por el arbitraje de la Cámara Internacional de Comercio con sede en París».