El pasado viernes se inauguró en el hall de la Clínica Rotger una
de las obras de la serie «Germinacions», del artista mallorquín
Amador Magraner. «Mi obra refleja la idea de que el hospital es un
germen de vida, de ilusiones. Germinar significa algo que crece,
que nace, que lleva esperanza. Éste es, en el fondo, el concepto
que he querido transmitir», aseguró ayer el escultor de Pollença.
Rosa Regi "directora del centro hospitalario junto a su marido,
el doctor Fernando Rotger" ha meditado profundamente la ubicación
de esta escultura de poliuretano, cubierta en bronce. «La ubicación
de una obra de arte en una clínica es algo sumamente delicado.
Nosotros tenemos una máxima: todos los enfermos son igual de
importantes. Su anonimato es decisivo, ya que es fundamental
preservar su intimidad. La obra de Amador transmite, a mi juicio,
esta idea».
Regi añadió, siempre muy interesada por lo que pueda pensar el
visitante de la clínica al ver la obra, que «en un centro de estas
características hay que vigilar mucho no herir susceptibilidades.
La gente que viene aquí está, generalmente, preocupada por sus
familiares. Es preciso que vean una obra que les quite el miedo,
que les dé ánimos y serenidad, y que sea, al mismo tiempo,
respetuosa con su delicada situación personal».
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