Imagen de la arqueta medieval islámica de marfil cuya restauración fue presentada ayer. Foto: P.B.

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«Milagrosamente». Así se ha conservado la maqueta del baldaquino que Gaudí diseñó para la Seu. Después de casi cien años de provisionalidad colgado sobre el altar mayor, cuatro expertos le han diagnosticado «amenaza de degradación» y han recomendado medidas para preservarlo. Esta fue una de las informaciones ofrecidas ayer por el Capítol con motivo de la Festa de la Dedicació que se celebra el domingo. También se presentó la memoria de actividades 2001 - 2002, la restauración de una arqueta islámica de marfil y una reproducción en plata del «rimmonim» del Museu Capitular.

Jordi Bonet, arquitecto de la Sagrada Família; José Maria Botey, arquitecto de la Catedral de Barcelona; Luís Gueilburg, director del Centro de Estudios Gaudinistas; y Giralt Miracle, comisario del Any Gaudí, analizaron el baldaquino en su estancia en Palma durante la celebración de las IX Jornades Gaudinistas. El pasado mes llegaron a la conclusión de que «la amenaza de degradación es fuerte». Descartada la idea de una reconstrucción de la maqueta original, proponen la restauración de algunos de sus elementos; la realización de un reportaje fotográfico exhaustivo por si sucede algún percance y la instalación de iluminación por fibra óptica. Para ello se buscará esponsorización.

Otras restauraciones presupuestadas afectan al baptisterio neoclásico (s. XVIII); mausoleo del marqués de la Romana (XIX); y tres vitrales de la capilla de Sant Bernat. Sólo a la espera de que se convoque un concurso, el Plan de Catedrales se hará cargo de restaurar el retablo del Corpus Christie. Otros seis necesitan pasar por el taller. El Ministerio de Fomento pagará la planimetría, estudio base de futuras intervenciones, y comenzará en breve la del Portal Major y del Mirador.