Los arcos renacentistas del edificio de Can Salas, situado en la
Porta de Santa Catalina y donde actualmente se está construyendo
una gran biblioteca pública, están siendo actualmente reconstruidos
para integrarlos dentro del nuevo edificio, tal y como establecía
el proyecto original elaborado por el arquitecto José Luis Martín
Clabo. Estos tres arcos son el único vestigio que queda de la
mansión original, construida en el siglo XV, aunque reformada
totalmente en los siglos XVII y XIX, unos trabajos que eliminaron
buena parte de los elementos anteriores.
Estos arcos y los pilares fueron desmontados piedra a piedra,
numeradas y almacenados en octubre de 2000, poco antes de iniciarse
las obras de construcción de la nueva biblioteca, que está previsto
se inaugure a principios del año que viene. Ahora, cuando la
edificación se encuentra muy avanzada, los arcos se están
reconstruyendo e integrando en el nuevo edificio. El nuevo proyecto
ha situado estos arcos en la planta baja, en un lugar próximo a
donde estaban colocados originariamente.
Los trabajos son lentos y ayer uno de los arcos estaba
completamente colocado, mientras que de los otros dos se están
situado aún las dobelas, para lo que se utiliza una espectacular
estructura metálica como soporte. Según los responsables de las
obras, el trabajo es laborioso, aunque aseguran que el resultado
final será magnífico. En el solar que ocupaba el antiguo edificio
de Can Salas, que fue completamente derruido antes de iniciarse las
obras, se está construyendo una gran biblioteca pública, un centro
que costará algo más de seis millones de euros.
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