La entrada del Museu de Mallorca quedará dignificada con las obras
de remodelación que acaban de comenzar y que presentó ayer Pere
Muñoz, director general de Cultura del Govern balear, junto al
arquitecto Pere Rabassa. La obra cuenta con una subvención del
Gobierno central de 14 millones de pesetas, un trabajo pendiente
desde hace dos años. Pere Rabassa, que se encarga de la
remodelación, señaló que se retirará la puerta de entrada, que no
reunía condiciones de seguridad, y que el edificio, cuando esté
cerrado al público, se podrá ver desde el exterior con la
colocación de una reja.
Para levantar el pavimento, que también se restituirá, se ha
tenido que hacer una cata preceptiva porque el Museu se encuentra
en el casco antiguo. Los arqueólogos excavaban ayer alrededor de un
muro de la casa que había salido a la luz, supuestamente medieval,
y sacaban pequeños trozos de cerámica de distintas épocas, hasta
romanos. En el techo del zaguán se colocará un artesonado que antes
había sido de Can Verí y que pertenece a la Comunitat Autònoma tras
su comprado por el Govern, hace años, en Londres.
En la entrada se colocará un mostrador para el control de
entradas y otro para la información y venta aunque, donde ahora se
halla la portería, se piensa instalar una pequeña tienda. El resto
del patio de entrada tras el zaguán quedará libre de objetos,
piezas que hasta ahora permanecían arrinconadas. Según Pere Muñoz,
están buscando almacenes para guardar aquellas que no se expongan.
Ayer se podían ver apoyados contra las paredes, bajo la escalera,
un buen número de trozos de mosaico procedentes de la excavación de
Pollentia.
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