Marcel Marceau en su actuación de Zaragoza, el sábado. Foto: CARLES DOMENEC

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CARLES DOMENEC - BARCELONA
El mimo más célebre de todos los tiempos ofrece hoy una actuación en el Auditòrium de Palma con una selección de sus mejores pantomimas. «Lo mejor de Marcel Marceau» es el espectáculo con el que dirá adiós a sus galas internacionales.

La actuación de Marceau forma parte de una gira mundial que ya ha visitado otras ciudades españolas de. El espectador se encontrará a un Marceau enfrentado a un escenario totalmente vacío y capaz de construir historias con los gestos a la manera de los grandes actores mudos como Charles Chaplin y Buster Keaton. Se trata de una función simple pero muy elaborada en la que es necesario un esfuerzo constante por parte del espectador para comprender todos los detalles de la narración gestual. La primera parte, «Pantominas de Estilo», son historias breves con un principio y un final. La segunda es una selección de las mejores actuaciones de Bip, el personaje estrella de Marceau salido de la pantomima del siglo XIX a la que pertenecía Pierrot. En 1947, el mimo francés creó y popularizó al melancólico y frágil BIP que caracterizó con una máscara blanca como recuerdo de Pierrot, una camiseta a rayas, pantalón y chistera.

La actuación de hoy es un espectáculo para todos los públicos pero no para todas las sensibilidades. Su elaboradísimo espectro gestual, la simplicidad de elementos (un escenario vacío y desprovisto de escenografía), el silencio y la ingenuidad de las historias exigen al público especial atención para captar con la imaginación todos los detalles de los cuentos escenificados. Ese espíritu tragicómico e imaginativo sitúa al público más joven en un lugar preferente en la recepción de la magia de un actor universal con alma de clásico. El artista, nacido en la ciudad francesa de Estrasburgo, ha creado durante medio siglo de vida artística un lenguaje gestual basado en 44 posiciones. Cada una representa un estado de ánimo o situación: el valor, el miedo, los celos, la vanidad, el amor... Su combinación permite a Marceau componer historias complejas y descritas con un principio, un desarrollo y un final.