Eduardo Úrculo, hace pocas semanas, en la inauguración de una exposición suya en Beijin.

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OTR/PRESS MADRID
Nacido en Santurce, Vizcaya, en 1938, el artista popularizó, por medio de una técnica pictórica que enlazaba con el arte pop y pasó por múltiples estadios, dos elementos de viaje esenciales: el sombrero y la maleta. Eduardo Úrculo, de 65 años, asistía a un almuerzo con unos amigos en la Residencia de Estudiantes de Madrid, cuando sufrió un infarto por el que, finalmente, falleció. Úrculo se ha dedicado toda su vida al arte pictórico pasando por diversos estilos, desde el expresionismo negro, la pintura pop, hasta el neocubismo y distintos medios artísticos, desde el lienzo al mundo del cómic, del cartel o de la escenografía. Recientemente la Reina inauguró en Beijing una exposición de este artista.

Desde un dominio técnico más que consolidado, la pintura de este maestro del pop -que nunca cayó en la frialdad característica del género- ha ido recorriendo las mismas etapas que el pintor cubría. La investigación plástica de Úrculo se ha ido centrando en los temas que en cada momento han tenido mayor presencia en la experiencia vivida por el autor. De este modo, ha sido uno de los grandes pintores autobiográficos de nuestro país. Sin embargo, la carrera de Úrculo arrancó como ayudante de topografía en una empresa minera. En 1958 viajó a Madrid con una beca y allí recibió clases en el Círculo de Bellas Artes y en la Escuela Nacional de Artes Gráficas. Pintó su entorno -suburbios, obreros y motivos de fábricas- con una actitud de denuncia, por lo que su creación de esa época se puede enmarcar dentro de la pintura social o el expresionismo social.

En Estocolmo, a través de una exposición antológica del Pop Americano, tiene su primer contacto con este movimiento, por lo que su pintura sufre un cambio radical hacia el Pop art y comienza a trabajar con el acrílico. En 1970 se inicia su época erótica y en 1973 comienza a trabajar con el aerógrafo. En 1975 irrumpe un nuevo motivo en su pintura en coincidencia con el embarazo de su esposa: la vaca, símbolo de fertilidad. En 1982 los motivos autobiográficos desplazan a los anteriores. Dos años más tarde lleva a cabo sus primeras esculturas en bronce, técnica que ha ocupado un papel importante en la actividad del artista durante los últimos años. Úrculo ha presentado numerosas exposiciones individuales en prestigiosas galerías y museos de Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia y Venezuela. En 1982 se le organiza una gran antológica que itinera por Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres, La Felguera y Sama de Langreo. Su obra está representada en los más importantes museos de España, Bangladesh, Bélgica, Colombia, Chile, Italia y Venezuela.