Desde un dominio técnico más que consolidado, la pintura de este
maestro del pop -que nunca cayó en la frialdad característica del
género- ha ido recorriendo las mismas etapas que el pintor cubría.
La investigación plástica de Úrculo se ha ido centrando en los
temas que en cada momento han tenido mayor presencia en la
experiencia vivida por el autor. De este modo, ha sido uno de los
grandes pintores autobiográficos de nuestro país. Sin embargo, la
carrera de Úrculo arrancó como ayudante de topografía en una
empresa minera. En 1958 viajó a Madrid con una beca y allí recibió
clases en el Círculo de Bellas Artes y en la Escuela Nacional de
Artes Gráficas. Pintó su entorno -suburbios, obreros y motivos de
fábricas- con una actitud de denuncia, por lo que su creación de
esa época se puede enmarcar dentro de la pintura social o el
expresionismo social.
En Estocolmo, a través de una exposición antológica del Pop
Americano, tiene su primer contacto con este movimiento, por lo que
su pintura sufre un cambio radical hacia el Pop art y comienza a
trabajar con el acrílico. En 1970 se inicia su época erótica y en
1973 comienza a trabajar con el aerógrafo. En 1975 irrumpe un nuevo
motivo en su pintura en coincidencia con el embarazo de su esposa:
la vaca, símbolo de fertilidad. En 1982 los motivos autobiográficos
desplazan a los anteriores. Dos años más tarde lleva a cabo sus
primeras esculturas en bronce, técnica que ha ocupado un papel
importante en la actividad del artista durante los últimos años.
Úrculo ha presentado numerosas exposiciones individuales en
prestigiosas galerías y museos de Alemania, Bélgica, Dinamarca,
España, Francia y Venezuela. En 1982 se le organiza una gran
antológica que itinera por Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres, La
Felguera y Sama de Langreo. Su obra está representada en los más
importantes museos de España, Bangladesh, Bélgica, Colombia, Chile,
Italia y Venezuela.
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