Àlex, un invidente que quiere ser cantante, conoce a Raquel, una
joven que vive en Madrid esperando su oportunidad para convertirse
en actriz. Ambos se enamoran y, ambos, aprenden el uno del otro a
vivir la vida. Su historia de amor centra «Las mariposas son
libres», obra que, desde hoy y hasta el domingo, podrá verse en el
Auditòrium.
«Es un canto al optimismo y a la libertad en la que un ciego se
muestra como una persona normal», aseguró Ramón Ballesteros,
director de la pieza. Estrenada hace más de cuarenta años, la
historia se ha actualizado y se le han añadido «algunos elementos
cáusticos». Además, por primera vez, un invidente, Serafín Zubiri,
interpreta el papel de Àlex. «Me siento totalmente identificado con
el personaje», afirmó Zubiri. Para el actor y cantante, Àlex es «un
chico que debe aprender a vivir con su teórico problema» y que,
además, «vive superprotegido por su madre».
Un día, Àlex decide dejar el hogar materno e independizarse. «Se
trata de una mujer aburguesada que cree que su hijo la necesita de
una manera imperiosa», afirmó Amparo Soler-Leal, Marta, la madre de
Zubiri en la ficción. En medio se sitúa Héctor, Mariano Rochman,
«un director de teatro excéntrico, demagogo y oportunista», en
palabras de Rochman. Y Raquel, Lucía Jiménez, «una niña mujer llena
de vitalidad con las ideas claras hasta que conoce a Àlex» quien le
hace descubrir que «ella es, en realidad, la ciega».
Para Zubiri, subirse al escenario supuso un reto. «No me veía
preparado, creía que no podría afrontar el papel». Sin embargo, su
«espíritu luchador» le hizo afrontar el problema. «Estoy feliz por
haberme demostrado mi propia capacidad de superación, una
superación que ha estado por encima de los objetivos que me
marqué».
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