El pintor Antoni Llabrés Campins inaugura hoy en la galería de arte
Can Janer de Inca la segunda exposición de este centro tras el
éxito obtenido por Joan Riera Ferrari en la muestra inaugural.
Llabrés Campins exhibe una serie de pinturas en las que, con su
estilo personal, recrea escenas de la vida cotidiana con un
lenguaje informal. «Soy un pintor que está abierto a lo que pasa a
mi alrededor. Los temas los encuentro en lo que ocurre cerca de mí.
Pero en mi caso la temática no es lo importante, lo principal es el
color y la composición de la obra», asegura el pintor.
El color es precisamente uno de los elementos más importantes de
su obra. «Me gusta trabajar con los colores, buscar un equilibrio
sin que ninguno produzca un golpe violento». Una cosa que sólo se
consigue con «el oficio». Su obra ha sido calificada en muchas
ocasiones de naif, una etiqueta que él no acaba de entender. «No
creo que mi pintura sea naif. De hecho, nunca he sentido una
especial atracción por este estilo. Incluso creo que hay elementos
de realismo en mi obra». La explicación la tiene en el hecho de que
«tal vez sea por el tratamiento que hago de las figuras
humanas».
Si se le pide que defina su obra, no duda: «Es una pintura
figurativa, pero no realista, con base en la estructura y el
color». La figura humana está siempre presente en la obra de
Llabrés Campins, aunque «con un tratamiento nunca personalizado.
Pinto el paisaje igual que la gente. Es por esto que me gusta
retratar escenas con muchos personajes», dice. Actualmente prepara
una exposición en Sant Cugat del Vallés (Barcelona), mientras
continúa con su trabajo y una lenta evolución de un estilo personal
y maduro, aunque asegura que «en muchas ocasiones tengo la
tentación de romper bruscamente con él, pero sería engañarme y para
mi la sinceridad con uno mismo es fundamental a la hora de
crear».
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