La fiesta empezó animada y continuó animada. Los cerca de 300
invitados que acudieron ayer por la noche al cóctel de presentación
del centro Ocimax fueron llegando escalonadamente a la carpa
habilitada fuera del edificio. En la entrada, los dos Rafael Salas,
padre e hijo, iban recibiendo a los invitados. Era una velada
especial. La gente brindaba, hablaba o, simplemente, se
reencontraba mientras comentaba las excelencias del nuevo centro de
ocio que abre hoy sus puertas al público.
«Ocimax es una alternativa para el público mallorquín»,
comentaba Toni Monjo, gerente del complejo. Un lugar destinado,
principalmente, a las familias, un hecho que Rafael Salas padre y
director del Consejo de Administración quiso destacar en su
discurso. «Nuestra intención es complacer a toda la comunidad
isleña y a los extranjeros que nos visitan cada año», explicó
emocionado. Salas destacó que «se trata de un proyecto
absolutamente de ocio». Los asistentes, mientras esperaban poder
visitar el complejo, contemplaban la exposición dedicada al cine
que rodeaba la carpa. Caras famosas visitando Mallorca como Jack
Nicholson o Vittorio Gassman; mallorquines ilustres como Fortunio
Bonanova; y películas míticas con sus folletos en los que se podía
leer «Toda Mallorca verá 'Lo que el viento se llevó' en la Sala
Born».
Un pianista y una cantante animaban la ya de por sí entretenida
velada. En un principio, la música permaneció en un segundo plano
debido a la desenfadada charla que mantenían los asistentes, una
charla que se dejó seducir por la voz de la cantante tras un tiempo
ignorándola. Mientras, los canapés de sushi competían con los
cocarrois y con los rollitos de primavera. Lo tradicional se
mezcló, así, con otras culturas que dieron al evento un aire
internacional.
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