El pintor catalán Josep Niebla denunció ayer la desaparición de 16
pinturas, adquiridas en 1989 por el Ajuntament de Palma, que
entonces estuvieron expuestas en el Born y en la calle Antoni
Maura. Eran grandes discos de madera de tres metros de diámetro
dedicados a los países de la ribera del Mediterráneo. Las piezas
completaban una exposición del artista en el Solleric. Por este
«encargo» se pagaron 4.500.000 millones de pesetas. Niebla convocó
a la prensa para contar los hechos y mostrar su «indignación». El
asunto está en manos del Tribunal de lo
Contencioso-Administrativo.
La rocambolesca historia de las pinturas, no inventariadas como
patrimonio municipal, comienza a escribirse cuando, tras ser
desmontadas, son llevadas a unas dependencias de Cort. Hace poco
más de un año, Niebla se puso en contacto con la Corporación porque
quería fotografiarlas para un catálogo «sobre mi obra mural» que
editaría el Museo de Cadaqués. Al no recibir respuesta, «comenzé a
preocuparme». ¿Fueron robadas, destruidas, tiradas a la basura, se
deterioraron y nadie se preocupó de su restauración? Los
interrogantes que se plantea el artista siguen sin solución, aunque
en Cort las dan por «desaparecidas». «Yo no me dirigí a terceros ni
contraté a un detective porque hice lo que creía, acudir a la
administración que las había comprado», dijo.
Este diario se puso ayer en contacto con Carme Feliu, concejala
de Cultura de Cort, ahora de baja médica. «Es un marrón que
heredé», recordó, dando la razón al artista: «No me extraña que
esté indignado». Feliu aseguró que cuando recibió la solicitud del
pintor para fotografiar las pinturas «le di curso», pero lo que
sucedió fue un tanto chocante: «Nadie encontraba las piezas, no
estaban inventariadas, por lo que mandé que se investigara y puse
el caso en manos de los servicios jurídicos». Feliu dice que se
buscó «hasta en las cuevas de Bellver e impliqué a todo el mundo,
mantenimiento, el Solleric, la policía». «Nadie sabía nada». Miguel
Artigues, técnico de mantenimiento municipal, les siguió la pista
por orden de Feliu. Artigues sí recuerda que estuvieron expuestas
al aire libre y también que las vio «hace años en el antiguo
s'Excorxador», almacén de mantenimiento antes de la construcción de
Son Pax. «Cuando la regidora me mandó buscarlas sólo encontramos
los soportes que las habían sujetado, pero las pinturas no
aparecieron».
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