Bajo un sol que a primeras horas de la mañana ya era de justicia,
un grupo de especialistas catalanas trabajaba ayer en sa Feixina en
el montaje de la escultura de Lorenzo Quinn titulada «Encuentros».
Es la segunda vez que el equipo de la Fundición Artística Vilà se
traslada a Palma. Los técnicos creen que, a final de la semana, la
pieza, una estructura de hierro y cristal que representa el mundo,
puede quedar lista.
Problemas administrativos entre Cort y la Autoridad Portuaria,
finalmente resueltos, detuvieron las obras de instalación de la
obra, que permaneció durante varias semanas cubierta y rodeada por
una malla negra. «En ese tiempo el lugar fue la casa de alguien»,
comentaban ayer los técnicos, quienes al llegar a la zona de sa
Feixina que linda con el Passeig Marítim encontraron restos «de que
alguien había estado viviendo aquí». Además, el transformador de
electricidad y algunas de las bombillas que iluminarán el interior
de la esfera de cristal «estaban rotos».
Incidencias a parte, Francesc Vilà, responsable del montaje y de
la fundición catalana, explicaba ayer algunas características
técnicas de este mapamundi de gran tamaño con una mano en el
interior que apunta hacia Balears. «La esfera, con estructura de
hierro pintado, está formada por 176 vidrios termoformados». Esta
última palabra alude a la forma cóncava que adquieren en el horno.
Sobre los cristales ayer iban quedando al descubierto los
continentes y mares «que estarán iluminados desde el interior
mediante una serie de focos», decía.
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