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Las fotografías de esta página apoyan por sí solas la denuncia que recogemos sobre el estado de es Fortí d'Illetes, del siglo XIX, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 23 de octubre de 1995. El Grup per l'Estudi de les Fortificacions de Balears (GEFB) reivindica el «uso público del fuerte» y «exigimos que se detenga la degradación progresiva que está sufriendo». También alertan «sobre el peligro que supone que el acceso no se cierre en las debidas condiciones». El Plan General de Ordenación Urbana de Calvià, que cataloga el fuerte, calificó este terreno como rústico.

Una visita al fortín, el sábado por la mañana, reveló las pésimas condiciones en que se encuentra este gran espacio de 13 hectáreas «que los críos de la zona utilizan como campo de juegos y el día que ocurra una desgracia será tarde para lamentaciones», explican desde el GEFB. Pozos con agua a ras de suelo que casi no se ven al caminar, otros con el brocal de piedra destrozado, tejados que se caen a pedazos, marcos de puertas y ventanas arrancados y tirados por el suelo. Angel Aparicio, del GEFB, asegura que «la degradación es intencionada, sólo hay que verlo, no se llevan las piedras u otros objetos para venderlos, sino que se está rompiendo por el simple hecho de romper». Aparicio se hace eco, también, del «malestar de los vecinos de la zona».

Ante la entrada al fortín coches aparcados y en el interior algunos paseantes madrugadores. Pintadas en las paredes de los edificios. La puerta, forzada. El acceso, libre. «El Ajuntament de Calvià debe cerrarlo, poner carteles prohibiendo la entrada y mantener algún tipo de vigilancia y, por otro lado, tendría que instar a la propiedad a tomar medidas», añade Aparicio, cuyo grupo ha hecho estas peticiones al consistorio en repetidas ocasiones, por escrito y verbalmente.