La bailarina ha triunfado por todo el mundo con este espectáculo.

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IVÀN TERRASA - MADRID

-«Mariana Pineda», antes «Juana 'La Loca'», ¿en qué se basa para interpretar a estas mujeres históricas?
-En el corazón, en el sentimiento de las dos. Por supuesto que estudio antes de abordar un personaje, leo e intento escuchar a todos los que puedan aportarme algo. Cuando empiezo a comprender el personaje paso a buscar los movimientos que, según los sentimientos que a mí me han inspirado, creo que hubieran hecho ellas si hubieran bailado.

-Mariana Pineda luchó contra el absolutismo de Fernando VII y fue ejecutada a los 27 años. Federico García Lorca estrenó la obra en plena dictadura de Primo de Rivera. ¿Cuál es el rasgo común de Sara Baras con el autor y la heroína, en qué se identifica con ellos?
-Con Lorca no creo que me identifique puramente, es tal la admiración que siento por ese autor que no podría decir en qué me identifico. Supongo que un rasgo en común entre Mariana Pineda, Federico y Sara es la valentía, y ese perfume andaluz que desprende la obra de Lorca y la vida de Mariana Pineda.

-Para esta ocasión se ha rodeado de un equipo de lujo, con Lluís Pasqual como director escénico y Manolo Sanlúcar a cargo de la música.
-Es casi increíble el trabajo en equipo que hemos realizado. Ha sido un lujazo por todo lo alto el haber trabajado con dos personajes de la talla de Lluís y de Manolo. He aprendido tanto al lado de ellos que me parece casi increíble haber vivido esa experiencia.

-«Mariana es todo lo que no es Carmen», dice Pasqual. ¿Cómo la ve, cómo la siente usted, entonces?
-Mariana es una aristócrata granadina a quien le tocó vivir una historia que de alguna manera no le estaba predestinada. Y sin embargo entró en los libros de la historia, pero no sólo por la defensa de sus ideales, sino por el amor a un hombre, Pedro de Sotomayor, un revolucionario. Mientras ella esperaba que la vinieran a buscar para ajusticiarla, en el fondo creía que sus amigos iban a venir a salvarla. Un poco lo mismo que le pasó a Lorca.

-París, Nueva York, Barcelona, Madrid, en todas las ciudades «Mariana Pineda» ha arrollado. ¿Cómo ha vivido todo este tiempo de éxito?
-La verdad es que estoy orgullosísima, en todos los sitios la acogida ha sido tremenda. Las dos noches del City Center de Nueva York con 2.800 personas puestas en pie aplaudiendo no se me borrarán mientras viva. Tampoco el «no hay billetes» durante 18 funciones en el Teatro de les Champs Elysees.

-A Mariana Pineda la ejecutaron por haber bordado una bandera con la leyenda «ley, igualdad y libertad». ¿Habría hecho usted lo mismo de haber vivido aquellos convulsos años de dictadura?
-No lo sé... posiblemente me hubiera pasado igual que a Mariana Pineda: lo hubiera hecho por amor. Aunque ahora mismo no sé si hubiera llegado a dejarme ajusticiar, ni siquiera por amor.

-Los días 27 y 28 de junio actuará en el Auditórium de Palma. ¿Cómo cree que vaya a acoger un público tradicionalmente frío a un personaje con la fuerza y la pasión de Mariana Pineda?
-Cada vez que he venido a la temporada de Ballet de Palma de Mallorca me ha ido muy bien. No creo que el público de la Isla sea frío en absoluto. Con mi anterior espectáculo, «Juana la Loca», el público del Auditòrium vibró, y espero que vuelvan a vibrar al compás del espectáculo «Mariana Pineda». Desde luego yo pienso entregar mi corazón las dos noches que me brinda la Temporada de Ballet de estar en esta Isla tan maravillosa.

-¿Le gusta Mallorca, viene a menudo?
-Me encanta la isla, y me gustaría venir mucho más seguido de lo que lo hago.