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El festival Isladencanta comenzó el viernes bastante caldeado. Las intensas negociaciones con el ayuntamiento no impidieron que Iggy Pop, el cabeza de cartel, despertara. Previamente, habían actuado Los Planetas. Pop vitamínico para calentar motores ante un público compuesto por más de 5000 personas, gente joven, abierta al mundo. La Mala Rodríguez demostró que la sensibilidad hacia el hip-hop, el flamenco y las letras inteligentes tenían cabida y más aceptación que nunca.

Para ello, el artista decidió olvidarse de sus canciones más blandas, como la archiconocida «China girl» (que se apropió David Bowie, gran amigo de Pop) o la pastelera «Candy» (a dueto con Kate Pierson). En su lugar, no dio descanso a nuestros corazones. Hablando en un español macarrónico saludó al personal. Poco después dijo «No law, no justice» (ni ley ni justicia). En una noche como ésa, en que los problemas habían estado muy presentes, muchos interpretaron esta máxima como una consigna.

A la una de la madrugada salió el cantante Iggy Pop decidido a dar una lección de rock and roll en estado primitivo y puro. Y para satisfacción de los allí presentes, apareció la Iguana en plena forma. Su imagen, impecable. Parecía que no habían pasado los años desde los tiempos de Stooges. Melena larga, lisa y rubia; pantalones ajustados, pecho al descubierto. Ni un gramo de grasa: sólo fibra y músculo. Pop ha tenido muchos problemas con las drogas duras, pero lo cierto es que los ha enmendado con el deporte. Y así, con dos o tres poses clásicas, Pop comenzó a rockear.