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PAU CAVALLER
La Niña Pastori no es sólo aquella chica que encantó a Camarón. La gaditana ya es toda una mujer que enamora al público jugando, experimentando, con el flamenco. El pasado viernes quedó demostrado en una Plaça Major de s'Arenal de Llucmajor abarrotada, donde la artista encadenó varios temas de su último disco «María», junto con otros de anteriores trabajos.

María Rosa García García (así es como se llama la 'Niña Pastori') empezó el concierto con la canción «Válgame Dios», una extraña filigrana situada entre estilos tan dispares como el flamenco y e chill out. La artista, de esta manera, dejó claro desde el principio por qué está considerada uno de los máximos exponentes del flamenco fusión. Junto a temas como éste, los asistentes también pudieron disfrutar de momentos de un flamenco más clásico, más esbelto. Era entonces cuando el público acompañaba la música con palmas y dejaba escapar algún que otro olé.

Entre el gentío había personas de todas las edades. Familias que querían disfrutar de las fiestas de la localidad con sus hijos, parejas de ancianos sentadas en los terrazas de los repletos bares y grupos de turistas con más bien poca gracia a la hora de seguir la música. De entre todos, los más numerosos eran los jóvenes. Muchos de ellos, adictos a la música de la gaditana, recitaban las canciones de memoria, jaleando a la artista constantemente y haciéndose notar en la zona más próxima al escenario.