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Un grupo de artistas y gentes de la cultura visitó las instalaciones del Museu d'Art Modern i Contemporani Es Baluard, cuyas obras están a punto de ser entregadas al consorcio del mismo. Entre ellos se encontraba Dolça Mulet, vicepresidenta del CIM y nueva consellera de Cultura de la institución que, por primera vez, se acercaba al futuro centro cultural y museístico. Les acompañaba Pere A. Serra, editor del Grup Serra y consejero del consorcio.

Recién llegado de Uruguay para exponer en la galería Matisos, al escultor Enrique Broglia le sorprendió «Hillargia», pieza de Jorge Oteiza situada en una de las terrazas. «Contar escultores como él es un lujo, con seguridad el museo será uno de los más importantes de España y de los más lindos, me gusta la integración de lo moderno y lo histórico y ese carácter de misterio, al estar entre la muralla, que se va desvelando una vez accedes al gran patio de entrada». La resolución arquitectónica en un lugar emblemático, combinando soluciones contemporáneas con la construcción histórica, no deja indiferente a nadie. «El contraste entre lo moderno y la muralla es impactante», decía Dolça Mulet, quien está convencida de que el museo será «importantísimo» para Palma y Mallorca, «dará vida». Es Baluard, añadió, nos «abrirá» a manifestaciones artísticas «porque debemos estar dispuestos a recibir para enriquecernos con propuestas que nos vengan de fuera sin renunciar a lo nuestro». Según Mulet, dinamizará la zona «porque no sólo se podrá venir a disfrutar de la programación, sino a pasear, a la cafetería».

La «combinación de lo contemporáneo con lo ya existente me parece fantástica, un acierto», comentó Susy Gómez, y el escritor Sebastiàn Camps lo describió como «un cruce entre el MACBA de Barcelona y el Museo Contemporáneo de Eivissa». En cuanto al contenido, puede «ofrecer la misma función que el Reina Sofía de Madrid, el IVAM de Valencia o el MACBA», resumió. Un continente tan conseguido debe contar con un contenido a su altura, dice el galerista Juan Antonio Horrach Moyà. «Me gustó mucho la intervención sobre la muralla, han surgido espacios muy generosos, el continente ya lo tenemos, lo importante es que el contenido esté a la altura. Que se abra con una instalación de Rebeca Horn en el aljibe marca un listón que debemos de mantener». Y apunta la necesidad de «apoyo a artistas emergentes».