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TOLO LlABRÉS
Juanes pasó como un vendaval por Alcúdia, tanto por los sentimientos tan fuertes que despertó entre el público como por la rapidez con la que dejó plantados a los miles de fans llegados desde diferentes puntos de la isla. Al mediodía empezaban a aparecer en las inmediaciones del campo de fútbol de Alcúdia los primeros fans del cantante colombiano nominado a cinco Grammy latinos. Cientos de colombianos daban un color especial a la cita alzando los colores de su bandera nacional. Pasadas las 10 de la noche, el escenario se tiñó de rojo y se empezaron a oir los primeros compases de la banda. Las miles de personas que llenaban medio campo clamaron y gritaron en cuanto Juanes hizo aparición con pantalones blancos, camiseta marrón y una serpiente tatuada en el brazo. «Fíjate bien» fue la primera canción que hizo sonar. Con «Mala Gente» comenzaron los primeros desmayos. Avisó el colombiano al público diciendo: «Gente de Mallorca, prepárense porque la fiesta empieza ahora». No sería para tanto. Temas como «Dejando la vida pasar» o «Ama la tierra», de su grupo anterior Ekhymosis, hicieron vibrar al público que agradecía con aplausos, gritos y bailes el ritmo latino. Antes de cantar «Fotografía», una de las canciones más pegadizas de su último LP, Juanes saludó a sus paisanos que le respondieron jaleando y arrancándose a bailes.

Con un aire muy de su tierra, «La noche» puso fin a la primera parte del concierto. El público estaba tan encantado con el concierto que hasta con los solos de batería y percusión se pusieron a bailar. Volvió Juanes, presentó al grupo y se lanzó con el «A Dios le pido». El tema empezó con un punteo lánguido hasta convertirse en la versión bailonga y alegre que todos conocemos. Una canción que según los fans paisanos del cantante «con esta canción nos hace sentir a todos colombianos porque cuenta cómo es la situación que se vive en nuestro país». Poco después el artista se tomaba un breve respiro, entró en el backstage para volver con «La paga». No se llevaba ni una hora de concierto cuando Juanes volvió a desaparecer de escena. Hubo un momento de confusión hasta que las potentes luces del estadio hizo comprender a todos los asistentes que aquello se había acabado. Hubo una decepción general y la sensación de estafa. Unos decidieron marcharse a casa. Otros esperaron para ver al artista entre camerinos. Aunque Juanes salió a saludar, sus fans le increparon. El saludo no les hizo olvidar los 20 euros de la entrada (12 euros para los de Alcúdia), ni que al día siguiente muchos tenían que empezar una nueva semana con un sabor agridulce, el de la decepción del que se siente engañado. Como decía la palmesana Carmen: «No siempre lo bueno si breve es dos veces bueno». Su amiga Adela que montaba guardia en la taquilla para pedir que le devolvieran el dinero añadía: «Ha cantado muy bien, está muy bueno, pero nos vamos desilusionadas».