Tan multitudinario como muchos de sus actos, el décimo aniversario
de la Fundació la Caixa y el centenario del edificio que la
alberga, el emblemático Gran Hotel modernista, congregaron a un
numerosísimo público que llenó de fiesta y de música la Plaza
Weyler. Políticos, artistas, hoteleros, empresarios, docentes,
directores de medios de comunicación y usuarios de la programación
de la Fundació. La sociedad mallorquina estuvo ayer en el Gran
Hotel para disfrutar del doble cumpleaños, un acto en el que no
faltaron las expresiones artísticas y una presencia constante del
movimiento modernista. La cita fue a las 20.00 horas y los primeros
asistentes, puntuales, esperaban en la plaza, entre saludos y
animadas conversaciones, a que se abrieran las puertas para hacer
un recorrido por el interior del edificio y contemplar las tres
exposiciones recientemente inauguradas con motivo del evento,
muestras gráficas que recuerdan la actividad cultural de la
Fundació La Caixa en Mallorca en los últimos 10 años; el proceso de
rehabilitación del edificio y la historia del modernismo en
Europa.
Mientras algunos aún no habían acabado el recorrido, que
transcurría despacio, en el vestíbulo del Gran Hotel tenía lugar la
primera de las actuaciones, la de la bailarina Amelia Llop, que
sorprendió con un fragmento de danza contemporánea. Titulado
«Homenatge a Lois Fuller», el espectáculo estaba montado con música
de Arnold Schonberg. Fuera de la construcción modernista, ligada a
la historia y a la cultura balear, fue el lugar para la poesía y la
música. Los actores Miquel Angel Torrens y Francisca Bennàssar
leyeron unos fragmentos del escritor Miquel dels Sants Oliver sobre
el Gran Hotel y sobre el modernismo. Finalizado el tiempo de la
literatura llegó la música contemporánea con el quinteto de viento
Psicofonies, que interpretó a Darius Milhaud, Jacques Ibert y
Claude Debussy.
Las manifestaciones culturales en el exterior se combinaron con
un cóctel, bebida para aguantar los calores, y canapés. Finalmente,
unas 130 personas cenaron en el interior del Gran Hotel. Los
anfitriones de la fiesta fueron el delegado general de la Caixa en
Baleares, Francisco José Conrado de Villalonga, y Jaume Martorell,
director de la Fundació desde sus inicios. Con ellos, Francesc
Tutzó, presidente del consejo general de la entidad bancaria en
Balears. Las autoridades políticas precedían la comitiva que
ascendía por la escalera interior, seguida del público, visitando
las exposiciones. Al frente, Maria Antònia Munar; presidenta del
CIM; Catalina Cirer, alcaldesa de Palma; Pere Rotger, president del
Parlament; Miquel Ramis, delegado del Gobierno; Francesc Fiol,
conseller de Cultura del Govern; Miquel Nadal, vicepresidente del
CIM; Dolça Mulet, consellera de Cultura del CIM; Miquel Àngel
Flaquer, conseller d'Economia del CIM; Bartomeu Barceló, fiscal
jefe; Rodolfo Araújo, concejal de Cultura de Cort; Catalina Sureda,
directora general de Cultura del Govern, el rector de la UIB,
Avel.lí Blasco y Ferran Perelló, presidente del Cercle Financier.
Pero hubo más invitados, como los empresarios Pere Cañellas,
presidente de la Federación Hotelera; Pere A. Serra, presidente
editor del Grup Serra; Juan José Hidalgo, de Globalia; Josep
Oliver, de la CAEB, o Miquel Ramis, hotelero y alcalde de Muro,
Ferran Porto, y Gabriel Escarrer y Simón Pedro Barceló, de los
grupos Sol y Barceló, respectivamente.
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