30/07/03 0:00
Un reencuentro entre los fans de siempre y los nuevos, entre adultos, jóvenes, niños y bebés. El concierto de Hombres G del pasado lunes, celebrado en Inca, fue un recital de himnos que han ido pasando de generación en generación. Por eso, las fans más entregadas no sólo tenían quince años. Y, aún así, todas llevaban su clásico grito de guerra tatuado en lápiz de ojos en la cara y en los brazos. Un grito de guerra formado por dos iniciales, H y G, y convertido en una sola voz que coreó durante toda actuación cada una de las canciones.
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