Marta Moriarty posó en el jardín de su casa mallorquina. Foto: TOLO LLABRÉS

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Marta Moriarty fue uno de los nombres que encabezaron aquella movida madrileña de los ochenta plena de creatividad. En la galería Moriarty, que compartía con su hermana, se dieron a conocer dibujantes, pintores y fotógrafos. Eran los modernos de entonces que, con unos años de más, y desde diferentes posiciones, siguen en la órbita de la cultura. Marta Moriarty tiene casa en Pollença, lugar donde disfruta y donde este verano se ha puesto al frente de la noche del arte de Cala Sant Viçens, mañana, conocida como la Nit Niu.

-Su nueva galería madrileña, Vacío 9, va más allá de la exposición y venta de obras de arte. ¿Cree que el modelo tradicional se agota o su personalidad inquieta necesita expresarse en más de un sentido?
-No sé si el modelo tradicional está agotado, solo sé que a mí ya no me interesa. En Vacío 9 proponemos 'un sentido ampliado del arte', una cultura participativa. Vacío 9 no es solo una galería, es un lugar en el que ocurren cosas.

-Como cabeza visible de una época en que España despertó a la cultura, especialmente a la más alternativa y menos encorsetada, ¿el transcurrir de los últimos 20 años ha sido positivo para la creación o, al contrario, se ha producido un 'amodorramiento'?.
-Las propuestas alternativas no han desaparecido, más bien creo que proliferan, el problema es su escasa repercusión en conseguir un cambio de la realidad. Los artistas hoy tienen más lugares en los que mostrar su arte, pero la sensibilidad del público medio ante sus obras no es mayor. Creo que deberíamos empezar a olvidar la asociación alternativo-marginal e introducir con naturalidad todas las alternancias que nos interesen en nuestra cotidianidad.

-Considerando que uno de los objetivos del arte es ir por delante de la sociedad, abriendo caminos, aportando, ¿opina que el trabajo de artistas, curadores, galeristas, museos y ferias responde a las necesidades de hoy en día?
-Creo que es preferible olvidarse de las críticas a los otros para enfrascarse en el esfuerzo propio por hacer un trabajo coherente, vibrante, e ir encontrando y valorando a los excelentes y raros profesionales de los diversos campos. ¡Son tantas las necesidades de hoy en día!

-¿Qué quedará de toda la eclosión de nuevos lenguajes en el arte?
-Lo que a lo largo de la historia ha ido quedando del arte. Quedará la obra con talento cualquiera que sea su lenguaje.

-Primero fueron las orquestas sinfónicas que iban naciendo en las comunidades autónomas, ahora los museos. ¿Este país está aún necesitado de infraestructuras culturales?
-Muy necesitado, pero no tanto de enormes y espectaculares museos como de centros pequeños, especializados, que presenten ofertas distintas y sepan acercar al ciudadano al arte contemporáneo o a cualquier otra visión del arte. La principal infraestructura que sigue faltando a nuestro país es la de la educación, sin ella todo esfuerzo es estéril y los esfuerzos estériles conducen a la melancolía.

-La queja ante la falta de un coleccionismo español es constante, así como la crítica a que el Estado no colabora para facilitar las cosas. ¿Está de acuerdo?
-En estos momentos prefiero no quejarme e intentar ayudar a mejorar las cosas. Creo en el esfuerzo individual que modifica lo social.

-¿Sabe que en Mallorca tendremos pronto un nuevo museo, Es Baluard, fruto de la colaboración pública y privada?
-Conozco el proyecto y las buenas intenciones que lo han generado.

-Usted comisaría la acción Nit Niu en Cala Sant Viçens, un proyecto que, junto a otros de este tipo, podría contribuir a fomentar ese turismo cultural del que hablan nuestros políticos. ¿Son este tipo de hechos los que debería promocionar Balears por el mundo?
-Estoy muy vinculada a Mallorca y, realmente, el tema de mejorar la calidad del turismo me obsesiona. En efecto, creo que en Balears podríamos proponer ofertas culturales muy atractivas y que serían tan satisfactorias para los turistas como para nosotros. Me paso el verano maquinando planes culturales en Mallorca aunque quizás me mueva el interés egoista de pasar más tiempo aquí.

-Veranea en Pollença y conoce bien la isla, ¿Cuál es su mirada real sobre Mallorca?
-Mi mirada es tan apasionada que no sé si es real.