«La noticia es que se ha comenzado a restaurar un retablo del
barroco de esta monumentalidad», decía ayer desde Barcelona Marià
Carbonell, experto en esta época del arte mallorquín y profesor de
la Universitat Autònoma de Barcelona. Desde finales del pasado mes,
un grupo de restauradores de la empresa Tracer ha comenzado los
trabajos de puesta a punto del retablo del Corpus Christie que es
obra del escultor local del siglo XVII Jaume Blanquer. La
rehabilitación del retablo corre a cargo del Ministerio de Cultura,
que convocó un concurso público para la elección de la empresa
restauradora. Será un trabajo laborioso que durará varios
meses.
Todos los estudios que se han hecho y seguirán haciendo en torno
a la pieza mientras se va restaurando, históricos, estilísticos,
análisis de materiales, catas, fotográficos, de decoración, entre
otros, darán lugar a una publicación, según aseguró ayer Pere Joan
Llabrés, delegado diocesano de Patrimoni. Soraya García,
responsable de la obra, explicaba ayer que el retablo «tiene mucha
suciedad incrustada, humedades, ataque de carcoma y restos de
restauraciones anteriores» en las que, por ejemplo, se barnizaron
algunas de las tallas. En el retablo, que se iluminaba con velas
muy delgadas, han quedado las huellas de los enganches de los
candelabros.
Esta pieza se puede considerar el retablo más importante de
Mallorca del XVII y, según Carbonell, asesor histórico del equipo
restaurador, «ya era famoso entre sus contemporáneos y modelo para
los escultores mallorquines». Jaume Blanquer y los miembros de su
taller, «de los que por suerte conocemos todos los nombres»,
trabajaron en él desde 1626 a 1655. Soraya García explicó que el
retablo «fue hecho en el taller y montado aquí y se construyó a
base de madera dorada, policromada y estofada». La restauración
original permitirá contemplar en toda su riqueza la policromía
original y la belleza de las tallas.
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