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El historiador Francesc Miralles lleva cuatro años preparando el catálogo razonado del pintor Joaquim Mir, quien vivió en Mallorca entre 1899 y 1903. Estos años de actividad han llevado a Miralles hasta la Isla para buscar obra del artista catalán, encontrando cuadros hasta el momento del autor. La información recogida, protagonizará la exposición «Joaquim Mir a Mallorca» en la Fontana d'Or de Girona que se inaugurará el próximo mes de abril y que comisariará el propio Miralles. Mir llegó a Mallorca de la mano de Santiago Rusiñol. Aquí, se sintió inspirado por el Torrent de Pareis y decidió instalarse en un llogaret de Sa Calobra. Esta etapa marcó la evolución de Joaquim Mir, plasmando en sus cuadros el paisaje isleño y dejando numerosa información y obra en la Isla. «El trabajo de campo que he estado realizando me ha permitido hallar bastante información nueva». El historiador ha visitado colecciones particulares e institucionales con piezas del pintor catalán que le permitirán acabar de definir qué significó para Mir su estancia en Mallorca. «He encontrado cosas muy interesantes y, muchas, son novedosas».

«A Mir siempre le influenciaba el lugar en el que vivía». Por eso, cada sitio en el que permaneció, supuso «una manera de pintar diferente». Su etapa mallorquina tiene «mucho interés» porque llegó «sin formarse». «No tenía un estilo concreto, propio, los años de trabajo en Mallorca hicieron que Mir se definiera como pintor». Y, por lo tanto, suponen «uno de los mejores momentos de su obra». Cuando, después, abandona Sa Calobra, el estilo de Mir «ya está totalmente formado». Una de las características de su etapa mallorquina es «su preocupación por la temática y el lugar». Su llegada a Sa Calobra supuso «convertir el tema en un elemento importante de su pintura». «Cuando regresó a Reus, empezó a preocuparse por el color, llegando casi a la abstracción».

Francesc Miralles también ha estudiado la estancia de Herman Anglada Camarasa en la Isla. Cuando el pintor catalán dejó París para establecerse en Pollença, un grupo de discípulos argentinos con dinero le siguieron. «Realizaron numerosas intervenciones en Mallorca como, por ejemplo, la creación del Hotel Formentor o la reconstrucción de Sa Fortalesa». Además, su estancia propició que artistas y escritores del país sudamericano como Rubén Darío visitaran la Isla.