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La música fue la gran protagonista de la gala de los Premis Ciutat de Palma. A pesar de que esta actividad artística no recibe ninguna mención en esta ceremonia, lo cierto es que sí tuvo la importancia que se merece en un acto cultural de esta envergadura. Durante la velada quedó representada desde la clásica hasta la étnica.

Entre los asistentes hubo muchas caras conocidas, las menos del ámbito cultural y artístico, y las más del político. En el Castell de Bellver se dieron cita, entre otros, el president Jaume Matas; los consellers de Cultura del Govern, Francesc Fiol, y del Consell, Dolça Mulet; los socialistas Francesc Antich y Antoni Roig y Pere Muñoz, concejal del PSM. Destacó también la presencia de Marina Castaño, viuda de Camilo José Cela. El año que viene se incluirá entre los premios el de literatura castellana, que llevará el nombre de este autor.

La ceremonia de entrega de galardones, que fue televisada por La 2 en directo, transcurrió tranquila y amena, con algún dato anécdotico como el alegato nacionalista que lanzó el poeta premiado Héctor Bofill desde el escenario, y las risas provocadas por el artista Joan Morey que, al recibir, estupefacto, la estatuilla por su obra «Fucking fashion rules», se congratuló del hecho de que «todavía queden mentes despiertas en Palma». Al finalizar la gala, los invitados disfrutaron desde el Castell de Bellver del impresionante espectáculo del Aiguafoc mientras tomaban una copa de cava. Los VIP tuvieron más suerte y pudieron observar los fuegos artificiales con mayor perspectiva desde la terraza superior del castillo.