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EFE|BERLÍN

La noticia del fallecimiento en un accidente de tráfico en Los Angeles (EEUU) del fotógrafo Helmut Newton causó ayer conmoción en Berlín, ciudad que abandonó con 18 años huyendo del nazismo y a la que legó su colección privada. El canciller alemán, Gerhard Schroeder, envió un telegrama de pésame a June Browne, viuda de Newton, en el que elogia a un «berlinés de corazón» que allí donde fue nunca olvidó su ciudad natal. El alcalde-gobernador de la ciudad, Klaus Wowereit, se refirió a él como «un grandioso fotógrafo de gran corazón» y lamentó que «hemos perdido a un artista de rango mundial».

«Me entristece mucho que ya no podrá estar presente en la inauguración de la exposición de sus obras en Berlín», añadió respecto a su colección, compendio del trabajo de un hombre que tuvo ante el objetivo de su cámara a las mujeres más bellas del mundo. La responsable de Cultura y Medios del Gobierno alemán, Christina Weiss, difundió un comunicado en el que lloraba la pérdida de «uno de los protagonistas más importantes de la fotografía moderna».

«Honra mucho a Alemania que Helmut Newton, que antaño fue expulsado de aquí, tendiera su mano en señal de reconciliación», manifestó Weiss. Añadió que «la obra de su vida es para nosotros un legado que vamos a conservar para la posteridad». Weiss se cuenta entre quienes impulsaron la operación de cesión del legado de Newton a la ciudad en la que había nacido en 1920 y que echó siempre de menos, a diferencia de Alemania en general. La exposición se inaugurará el próximo día 3 de junio en el edificio de la antigua Biblioteca de Arte, donde el 5 de diciembre de 1938 tomó el tren en el que huiría del nazismo.