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El Museu Es Baluard ultima la ubicación de las esculturas que formarán parte de la exposición inaugural «Es Baluard Any 0», cuyo cometido es completar la visión que ofrecen los cuadros de las distintas tendencias que se han dado y se dan en el arte contemporáneo.

Procedentes del fondo de la Col·lecció d'Art Serra, la disposición de las piezas se ha estudiado para adecuarlas de forma dialéctica con su entorno.

Man Ray, Jorge Oteiza, Fautrier, Joseph de Creeft, Sandro Chia, André Masson, Julio González, Lucio Fontana, Calder, Max Ernst, Giorgio de Chirico, Joan Brossa, Jacques Lipchitz, Joan Miró, Wilfredo Lam, Picasso y Gargallo son algunos de los autores de la selección, que también cuenta con piezas de Glòria Mas, Joan Bennàssar y Yannick Vu, entre otros.

Julio González merece ser destacado por ser el primer escultor del país que trabajó el hierro. Influenciado por la Escuela de París, González deja penetrar el espacio en la escultura «Main debout» (1937), como después harán autores como Chillida, también representado con la cerámica «Llura» (1980). La obra de Fautrier «Tête de jeune fille» (1940), es interesante porque transmite la misma intensidad emocional que caracterizó su pintura.

Joseph de Creeft testimonia en un estudio del año 1931 la integración de la geometría y las formas de la naturaleza, mientras que las piezas de Lucio Fontana «Concetto Spaziale» (1967) y «Caballo loco» (1940) coinciden con dos etapas diferentes en la trayectoria del italiano. La primera es representativa del movimiento espacialista del que fue padre, y la segunda forma parte de una etapa surrealista.

Representativas del surrealismo también son las piezas de Wilfredo Lam, una obra circular trabajada en bronce; Man Ray, con «Ballet française II» (1956-71), tal vez la pieza más controvertida; André Masson, que durante 1938 creó «Extase»; Max Ernst, que creó «Janus», un bronce que presenta una doble lectura, ya que está trabajado en sus dos caras; y Joan Miró. Del artista catalán se exhibe «Jeune fille au long cou», de los años ochenta.

En el interior del Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma, un móvil de hierro del 1954 de Alexander Calder testimonia el trabajo más característico del artista estadounidense y comparte espacio con el bronce «Cavalli Antichi» de Giorgio de Chirico. Sandro Chia firma la escultura «Figura con lacrima», de 1982, coincidiendo con un momento de su trayectoria en el que la figura ha tomado el relevo al arte conceptual que desarrolló en su primera época.