Las actrices María Pujalte, Cati Solivellas y Ana Rayo, ayer en Palma. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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Tres mujeres sobre el escenario hablando sobre sus vidas. Sus pasiones, sus flaquezas, sus miedos, sus frustraciones, sus alegrías. Tres mujeres compartiendo con el público todo lo que llevan dentro. En «Confesiones de mujeres de 30», María Pujalte, Cati Solivellas y Ana Rayo hablan sin pelos en la lengua sobre los problemas que han padecido, y padecen, al llegar a la treintena. La obra podrá verse en el Auditòrium desde hoy y hasta el próximo domingo.

«No existe una estructura concreta, son historias que se mezclan con otras historias», aseguró la mallorquina Cati Solivellas. El texto nació de entrevistas a mujeres brasileñas que Domingos de Oliveira recogió y dramatizó hasta crear el texto definitivo. En resumen, son «tres mujeres que se confiesan en público espontáneamente», según Pujalte. Los espectadores, la teórica cuarta pared, se transforma en «la cuarta amiga» que escucha y participa en la conversación. «Hablamos de nuestras relaciones amorosas, de los hombres, de los padres, de lo que nos pasa cuando sale la primera arruga», dijo Solivellas. Siempre sin «culpabilizar a nadie». «Nos responsabilizamos a nosotras mismas».

A pesar de que hablen tres mujeres, la obra no está destinada en exclusiva al público femenino. «Es para todos los públicos, pueden sentirse identificados tanto los hombres como las mujeres». En común, el hecho de estar en la treintena. «Las protagonistas se preguntan hasta que punto están llevando bien su vida», afirmó Pujalte. De ahí que la «autocrítica» también esté presente en el texto. «La intención es hacer reír, no buscamos llegar a ninguna conclusión», aseguró Solivellas. Después, en casa, «cada uno reflexiona sobre lo que ha visto» y llega a unas conclusiones o a otras.