La polémica que ha rodeado los prolegómenos de la Setmana del
Llibre en Català continuó ayer, día de la inauguración. Mientras el
escritor Biel Mesquida, pregonero del evento, arremetió contra el
Govern del PP, calificándolo de «asesino» de la lengua, Francesc
Fiol, conseller de Cultura, pidió que «bajara la crispación, que me
parece exagerada» de los últimos días en torno a este asunto.
Francesc Fiol y Dolça Mulet, consellera de Cultura del CIM,
acudieron a la inauguración de la Setmana del Llibre media hora
antes de la lectura del pregón. Ambos políticos, cuyos
departamentos subvencionan la organización de la Setmana,
recorrieron los stand e hicieron algunas compras.
Fiol, que tras el acto partía a Menorca, adquirió libros de dos
autores fallecidos, una novela del joven Gabriel Galmés y un
poemario de Martí Pol. Pagó con su tarjeta de crédito 21 euros y,
tras responder a las preguntas de los periodistas, abandonó el
recinto de Fires i Congressos, donde la Setmana se celebra hasta el
próximo día ocho.
Fiol aseguró que ellos no son asesinos de la lengua y que el
Govern continuará «manteniendo y apoyando que se aprenda y se
enseñe el catalán en las escuelas, seguiremos dando apoyo a los
editores en catalán y leyendo a los autores que publican en esta
lengua aunque algunos de ellos no se lo crean». Según el conseller,
el Govern pondrá en marcha «unos recursos televisivos, a partir de
2005, que serán el instrumento de penetración del uso social que
jamás se han puesto en marcha en las Islas».
Respecto al Institut Ramon Llull, también en el centro de la
polémica días atrás, para el conseller es muy importante que
Balears participe en él. Es importante «sin ningún tipo de dudas
para el conjunto de la cultura y para nuestros creadores», aseguró.
Según el conseller «debemos de ser capaces de reflexionar y
desvincular el gran debate de la política», que se está dando
debido a la campaña para las próximas elecciones, «de la promoción
de nuestra cultura». A la inauguración tampoco faltaron los
directores de Política Lingüística del Govern, Miquel Melià, y
Miquel Julià, del CIM. Mulet, que también escuchó parte del pregón,
tuvo que irse «porque me llamaron para una reunión». Mulet se
mantuvo en su postura del día anterior de llamar a la paz y a la
tranquilidad, destacó sus buenas relaciones con los libreros y
reiteró su apoyo al evento. Su director Insular de Política
Lingüística aseguró que compartía el «fondo» del pregón y apuntó
que el Govern deberá «rectificar» algunas de las medidas anunciadas
respecto a la lengua como, por ejemplo, lo que afecta «a las
modalidades insulares». Juliá, como el resto de oyentes, aplaudió
al escritor cuando finalizó su parlamento.
En el recinto ferial estuvieron dos ex consellers del Pacte de
Progrés, Celestí Alomar, del PSOE, y Maria Antonia Vadell, del PSM,
que no quisieron perderse las intervenciones de Fiol y
Mesquida.
La Setmana del Llibre presentará a los lectores en catalán
20.000 títulos y 30.000 volúmenes que ocupan más de 1.000 metros
cuadrados del recinto ferial.
Este año, la organización también pone el acento de su oferta en
el público infantil, para el que ha organizado concurso de dibujos
y lecturas de cuentos. Las presentaciones de libros por sus autores
no faltarán a lo largo de la Setmana, que finalizará con un debate
sobre los medios de comunicación, la lengua y la identidad al que
asistirá el escritor catalán Vicenç Villatoro.
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