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Inés, de ocho años, y su padre, Jerónimo Company, que viven en s'Arenal, estuvieron a punto de no salir de casa, ayer por la mañana, debido al mal tiempo. Su intención era acudir al primer taller para familias que organizaba el Museu Es Baluard. Al final, como a Inés le «encanta la pintura», se enfundaron abrigos y bufandas y se animaron.

Una veintena de niños de 6 a 12 años, acompañados por sus padres, participaron en esta primera convocatoria, que se tituló «Paisatges», dirigida por Jordi Pallarés. A partir de las 11.30, y sin arredrarse ante el tiempo inestable, subieron a las terrazas del museo y jugaron a contemplar paisajes a través de un gran marco que los responsables del departamento de Difusión Cultural habían instalado frente a la bahía. Después, recorrieron las salas de exposiciones, donde les explicaron diferentes tipos de paisajes, desde el postimpresionista de Gelabert, los contemporáneos de Barceló y Sicilia, paisajes imaginados, hasta las obras de Susy Gómez y Amador, donde ya había presencia humana. Finalizada la visita al exterior e interior, se trasladaron al auditorio de Es Baluard para dibujar todo lo que habían aprendido.

Mientras Inés dibujaba, su padre contaba que «se pasa el día pintando y también le gustan mucho las manualidades, ella sola se ha hecho un traje de Copito». Inés, más tímida, apuntaba: «He ganado un tercer premio de pintura» para el que tuvo que dibujar una tarjeta de Navidad. Inés ya es una experta en talleres, porque también ha participado en los de la Fundació Miró. En otra mesa, la pequeña Karen, de año y medio, hacía rayas en un folio mientras sus hermanos, Kristian y Anton, seguían las instrucciones del monitor. «Parecen serios, pero luego son muy divertidos, ahora están concentrados porque esto del arte les parece una cosa muy seria», comentaba su madre, Ana Maria. Su padre, el danés Bjarke, les grababa con una cámara digital.

Fue una divertida e intensa mañana para todos. «Esto es un lujo», aseguraba Ana Maria.