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Las dificultades y carencias de la danza en Balears son inmensas, sobre todo si comparamos su situación con la de otras comunidades autónomas. Los profesionales ligados a este arte escénico coincidieron ayer en afirmar a este diario, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Danza, que las posibilidades formativas son escasas y muy exigentes y que ni la administración autonómica ni la local han articulado ninguna iniciativa para incentivarla, por lo que instan a las intituciones a resolver esta situación.

Pere Santandreu, responsable del Auditòrium de Sa Màniga (Cala Millor), único espacio que programa asiduamente danza en Mallorca, afirma que «la historia de la danza en Mallorca es la historia de la inexistencia, al menos hasta los años 80. No obstante, en estas dos últimas décadas han nacido diversas compañías que, con un soporte público nulo o muy discreto, han ido presentando sus trabajos». Apunta como un hecho clave para la expansión de esta actividad artística la formación, «todavía escasa». En este sentido explica que «desde el sector público, hasta hace poco la única oferta formativa ha sido el Conservatorio. La Universidad no ofrece ninguna especialización, se limita a una asignatura en los estudios de magisterio, y las escuelas municipales de danza son un fenómeno reciente y poco extendido».

Por su parte, Joan Roig, director del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Balears, asume que «el mundo de la danza en las Islas lleva un retraso que se va acentuando con los años». Especifica que uno de los grandes agravios de la formación de danza en Balears se debe a que ésta no está integrada dentro de la enseñanza reglada obligatoria, como se da en otras zonas del país. Al respecto, apostilló que «hay voluntad del centro y de la administración por encontrar una salida a esta situación que exige a los estudiantes de danza un esfuerzo sobrehumano».