La Cartoixa de Valldemossa contará desde hoy con dos vitrales y
un rosetón nuevos realizados por Nils Burwitz. De esta maera, y
tras toda una vida con los ventanales cegados, la iglesia del
edificio tendrá luz artificial. Las cristaleras serán bendecidas
esta mañana por el obispo de Mallorca, Jesús Murgui.
El primer vitral está inspirado en una idea de Josep Coll
Bardolet, otro de los promotores de la iniciativa, y, el segundo,
es un dibujo de Burwitz. Ambos narran dos leyendas protagonizadas
por la Beateta, una cuando se le apareció San Bruno y le dijo que
se casaría con Dios y, otra, cuando se cayó por la montaña y San
Bruno la rescató. Ambos vitrales miden 3,75 metros de alto por 1,75
metros de ancho.
El rosetón, por su parte, recrea el sello del prior de las
cartujos, una idea que propuso el párroco de la Cartoixa, Antoni
Jesús Dols. Tras doce años trabajando para poder realizar el
proyecto, Burwitz y Coll Bardolet han conseguido la ayuda del
Govern y del Ajuntament de Valldemossa más la de particulares como
las familias Arenz y Serrano y Jaume Juan. También han contado con
el asesoramiento de Pere Joan Llabrés, delegado diocesano de
Patrimoni.
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