Algunas de las esculturas que durante el verano se exponen en el
Port de Pollença bajo el lema «L'art a la mar» han sido pasto de un
acto de vandalismo, según explicó ayer a este diario la escultora
Pilar Cerdà, cuyas piezas han salido muy perjudicadas por la
agresión, que tuvo lugar en la madrugada del 17 y en la del 18. La
Policía Local detuvo a tres sospechosos. A los detenidos, un vecino
del Port y dos extranjeros, se les ha tomado declaración y se les
ha dejado en libertad a la espera de que los artistas afectados
presenten una denuncia.
Por otra parte, la Policía explicó que un vecino de la zona ha
reconocido a los detenidos como autores de los hechos. Pilar Cerdà
y Francisca Llabrés son las escultoras cuyas piezas han sufrido la
agresión. Una de las de Cerdà, que había sido adquirida por el
Ajuntament de Palma, «ha quedado totalmente destrozada». Se trata
de «Kundalini», una pieza de cinco metros de alto. «Me han dicho
que una vecina, con el estruendo que se armó al romperse esta
escultura, salió al balcón y vio a los gamberros las dos veces»,
apuntaba ayer la escultora.
«Mi otra pieza, 'L'altra vorera' ha resultado dañada, así como
la de Francisca, y habrá que repararlas». Las que han quedado en
peor estado ya han sido desmontadas y retiradas de esta exposición
al aire libre que ya forma parte del paisaje veraniego del Port.
Cerdà, que se confesaba «destrozada» por los hechos, se preguntaba
ayer cuál habría sido la intención de los agresores. «Tuvieron que
hacer mucho esfuerzo para romper 'Kundalini', que estaba hecho a
base de pasta refractaria, hierro y acero inoxidable».
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