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Maria Antònia Munar, presidenta del CIM, y Bartomeu Vicens, conseller de Territori, presentaron ayer la sede del Centre d'Arqueologia i Restauració dependiente del área de Patrimoni Històric. La possessió de Son Rossinyol, con 11.300 metros cuadrados, ha sido alquilada por el CIM mediante concurso por 54.000 euros anuales durante cinco años.

Según Vicens, el centro quiere convertirse en un lugar de «referencia», de «apoyo a la investigación y a los profesionales» implicados en la protección del patrimonio; también buscará «acercarse a la ciudadanía» con la intención de que conciencie sobre la conservación de los restos del pasado que Maria Antonia Munar entiende, en relación al turismo, como «un hecho diferencial».

El centro se dedicará a la restauración, actuación de arqueología y gestión del patrimonio. Su directora será Maria Carbonell y, de momento, se contratará a «3 ó 4 personas» porque el trabajo irá llegando de manera gradual. Munar aseguró ayer que era muy consciente de un centro como Son Rossinyol ha de contar «con dotación y recursos». El centro se pondrá en marcha cuando finalicen las obras de adecuación del edificio, que se encuentra en buen estado.