Han transcurrido algunos meses desde que el pasado otoño la
biblioteca municipal del Mercat de l'Olivar abriera de nuevo sus
puertas al público. Aunque eso sí, con algunas novedades, como su
traslado al primer piso de dicho mercado. Durante su primera etapa,
que abarcó desde 1990 hasta 2002, este espacio cultural estuvo
ubicado en la planta baja del emblemático mercado, pero
posteriormente cerró sus puertas y permaneció inactivo durante un
período de dos años. Ahora, los libros han regresado y se codean
con las hortalizas, las verduras y la fruta. La biblioteca ha
regresado a la normalidad y presta de nuevo sus servicios a todos
los lectores. De lunes a viernes permanece abierta de 08.00 horas a
14.00 horas, y los sábados de 09.00 horas a 13.00 horas. «Lo más
habitual son las consultas telefónicas de personas que quieren
informarse sobre dónde localizar algún ejemplar y sobre el préstamo
de libros. Cada vez se hacen más reservas por teléfono e Internet»,
comenta Montserrat Serrats, auxiliar de la biblioteca, al frente de
la misma desde sus inicios.
El remodelado centro, que en esta segunda etapa cuenta con algo
más de doscientos nuevos socios, es tranquilo y acogedor, aunque su
capacidad es limitada y sólo puede albergar a unos doce usuarios.
«Vengo aquí porque en otras bibliotecas hay tanta gente que a veces
me siento agobiada. Aquí hago los deberes y estudio para los
exámenes. Descubrí este sitio por casualidad, porque no está muy
indicado, y desde entonces vengo una vez por semana», señala María
Rodríguez. Su fondo, a pesar de ser reducido por cuestiones de
espacio, está compuesto por libros de materias generales, novelas,
diccionarios, ejemplares especializados y novedades editoriales
como «Àngeles y demonios», de Dan Brown, o «El anillo», de Jorge
Molist. También es frecuente encontrar en ella a muchos lectores de
periódicos y revistas, que acuden prácticamente a diario para estar
informados de lo que sucede a su alrededor, como Pedro Juan Coll.
«Desde que ha cambiado de ubicación, la biblioteca se ve menos, me
gustaba más cuando estaba abajo». José Miguel Sánchez es socio y
piensa que «toca todos los temas pero, al ser pequeña, hay poco
material. Normalmente hago lecturas temáticas, sobre todo consulto
cuestiones históricas y de temas de derecho».
Otras personas, como Roberto Valbuena del Río, consideran que
«hay una buena variedad, es muy diferente al resto de bibliotecas
y, aunque es pequeña, la ubicación está bien, porque incluso quien
acude al mercado a hacer la compra puede acercarse aquí a buscar
algún libro». Jaume de Riba acude a leer la prensa local casi a
diario y considera que «no está bien indicada, la encontré porque
me lo comentó algún bibliotecario y el que busca encuentra. Pero
que esté dentro del mercado me parece óptimo porque hago la compra
y, a la vez, puedo culturizarme». Pero no todo es lectura, puesto
que también disponen de clásicos de la música y películas en DVD, y
pese a no tener un amplio abanico de títulos, en breve nuevas
adquisiciones engrosarán su colección.
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