Los miembros de la Ponencia Técnica de Patrimonio del CIM
visitaron ayer la excavación de sa Calatrava ya que, el 1 de
febrero, se decidirá si la empresa que construye allí viviendas de
lujo puede continuar edificando, y en caso de que sea así, en qué
condiciones. La visita se hizo a petición de las entidades que
integran este organismo, -ARCA, Colegio de Arquitectos, sección de
Arqueología del Colegio de Licenciados, UIB, Arqueológica Luliana,
entre otras-, para conocer de primera mano los restos romanos y
medievales allí encontrados: más de 500 tumbas del siglo XIV, así
como un horno, muros, urnas funerarias y una cantera romanos.
Son los hallazgos de distintas épocas romanas los que, en
principio, plantearían problemas a la hora de seguir con la
construcción de las viviendas en los solares 2 y 3 del terreno. En
el primero, aunque aparecieron muros romanos construidos con cantos
rodados, sí se dio permiso para comenzar la obra. El problema que
se plantea al constructor, que quiere levantar tres plantas y
excavar dos de sótano, es qué sucederá con todo este material
romano, sobre el que Patrimonio del CIM aún no se ha pronunciado.
Esa es la cuestión sobre la que debe decidir la Ponencia
Técnica.
Este diario ha podido saber que el promotor quiere poner un
recurso en el CIM para que en la Ponencia del día 1 no puedan votar
Ferran Tarongí, presidente de la Sección de Arqueología, y Vicente
Homar, técnico del CIM, y sean sustituidos por sus suplentes. El
primero, porque trabajó en los inicios de la excavación; el
segundo, porque pertenece a la Asociación de Vecinos de sa
Calatrava. A las denuncias de la Asociación de Vecinos sobre la
excavación, se une otra sobre el cartel que anuncia la venta de
pisos ya que sus soportes han agujereado el suelo de la muralla
renacentista. Dicho cartel apareció ayer con una leyenda sobre su
carácter de yacimiento arqueológico hecha por desconocidos.
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