El catalán Lluís-Anton Baulenas obtuvo ayer el XXV Premi de les
Lletres Catalanes Ramon Lull con la obra «Per un sac d'ossos». La
gala de entrega, celebrada en el Hotel Arts de Barcelona, acogió a
más de 600 invitados, entre los que se encontraban el subdelegado
del Gobierno en Barcelona, Eduardo Planells; el vicepresidente
segundo del Congreso de los Diputados, Jordi Vilajoana; los
consellers de Cultura de la Generalitat y del Govern balear,
Caterina Mieras y Francesc Fiol, respectivamente; el edil de
Cultura del Ajuntament de Barcelona, Ferran Mascarell; y el
presidente de la editorial Planeta, la promotora del galardón, José
Manuel Lara Bosch, una gala que festejó los 25 años del
certamen.
«Per un sac d'ossos», presentada bajo el pseudónimo de Víctor
Porta, explica la historia de un sargento de la Legión acuartelado
en Melilla que regresa a la Península para vengar dos muertes que
marcaron su existencia.
Lluís-Anton Baulenas nació en Barcelona en 1958. Licenciado en
filología catalana, se dedicó a la docencia hasta que descubrió su
vena literaria. Baulenas siempre se ha descrito como un escritor
apasionado por la lengua, llegando a afirmar que «soy un hombre de
lengua, un técnico en este sentido. Estudiar filología me ha dejado
una huella clara: el tener una curiosidad enorme por este medio de
expresión». Su primera incursión literaria se dio en el mundo del
teatro, un universo que le permitió superar el miedo de dejar un
trabajo estable por una profesión que no le aseguraba el éxito.
Corría el año 1987 y, tras la adaptación de una obra de Boris Vian,
«Els darrers oficis», y la representación de algunos de sus textos
en bares de Gràcia y locales underground, dejó atrás la docencia
para centrarse en su nueva carrera.
Los primeros años fueron difíciles, por lo que tuvo que
compaginar su nueva profesión con la de colaborador de prensa
escrita o la de traductor. «Sus scrofa», de 1988, es su primera
novela, que recupera diez años más tarde con el título de «Els
caníbals». Con «Neguit» (1988) ganó el Premi la Piga de novela
erótica y, con «Càlida nit», el Documenta. La obra menor
«Rampoines/451», de 1990, supone el inicio de su consolidación, que
empieza en los noventa. Es aquí cuando nace el nuevo Baulenas, con
tres historias que suponen su consagración: «Noms a la sorra»
(1995), «Alfons XIV, un crim d'estat» (1997) y «El fil de plata»
(1998). En esta nueva etapa deja de apostar únicamente por el tono
más esperpéntico de sus anteriores obras para escribir tramas
protagonizadas por personajes anónimos que tienen en común el hecho
de haber estado marcados por la Guerra Civil. En 2001, presentó «La
felicitat», galardonada con el premio Prudencia Bertrana.
El escritor también ha trabajado con el cineasta Ventura Pons,
quien adaptó a la gran pantalla su relato «Bones obres», que se
convirtió en «Anita no perd el tren» y cuyo guión escribieron
conjuntamente. Actualmente, Baulenas vuelve a colaborar con el
director catalán en «Amor idiota», una tragicomedia agridulce del
escritor, adaptada por Ventura Pons, con Cayetana Guillén Cuervo y
Santi Millán como protagonistas. La película se estrenará este mes
de febrero y participará en la sección Panorama de la próxima
edición del Festival de Cine de Berlín.
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