El Rey saludó durante la inauguración a la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer.

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Marana Díaz

Los Reyes y el presidente de México y su esposa, Vicente Fox y Marta Sahagún, inauguraron ayer en Madrid la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Arco marcada por un atentado de ETA, ocurrido a primeras horas de la mañana en la glorieta de acceso al Parque Ferial Juan Carlos I. Tras la confusión inicial, la directora de la feria, Rosina Gómez-Baeza, así como las autoridades madrileñas, anunciaron que los actos programados transcurrirían como estaba previsto.

Un fuerte dispositivo policial rodeó el recinto, al que, durante todo el día resultó muy difícil acceder pues todos los accesos al mismo fueron cerrados por la mañana y los controles continuaban por la tarde. Puestos al habla con la Zarzuela, también confirmaron que sus Majestades y el mandatario mexicano, presente en Arco porque su país es el invitado de honor, acudirían a la inauguración y harían el recorrido previsto con anterioridad a la explosión del coche bomba. El mensaje era de tranquilidad.

Los Reyes, que, nada más llegar a Arco, se interesaron por el estado de los heridos del atentado, visitaron durante el recorrido la galería de Joan Guaita.

Hacia media mañana iban llegando los primeros visitantes, coleccionistas, profesionales del arte y medios de comunicación, a los pabellones 7 y 9, donde se celebra la feria. Los ocho galeristas que viajaron desde Mallorca, y que se enteraron de la noticia en sus hoteles, también aparecían tranquilos y recibían a los primeros clientes. Xavier Fiol y Pep Pinya coincidieron al señalar que «Madrid es una ciudad que ha demostrado saber superar grandes tragedias», por lo que mostraron su convencimiento de que el atentado, que no tuvo consecuencias dramáticas, no influiría en el éxito de la feria. No obstante, resultaba inevitable que lo sucedido estuviera presente en todas las conversaciones. Ferran Cano apuntó que «los coleccionistas a los que verdaderamente les importa el arte no dejarán de venir». Sus palabras describían el ambiente, ya que el goteo de público parecía el habitual e incluso se veían los primeros puntos rojos al lado de las obras, confirmación de su venta.

Tras un primer recorrido, pudimos constatar que Arco 2005 destaca por la presencia de mucha pintura, fotografía, vídeo y, más que escultura, piezas objeto. Es una edición sobria, con nombres consagrados, muchos artistas emergentes y menor presencia de las vanguardias históricas.

«Parece que hay cierta tendencia a que la pintura regrese a su origen, pero esto es algo que ha pasado y pasará y no tiene mayor importancia porque cada lenguaje es válido si es bueno», comentaba Pinya, que expone obra de Miguel Angel Campano, Guillem Nadal, Pep Llambias, Nacho Frixuelos o Pep Sirvent, entre otros artistas.