El ala norte del convento de las Caputxines presenta un grave
problema de goteras. El tejado superior del inmueble es de
principios del siglo XVIII. Desde entonces las reparaciones se han
ido haciendo teja a teja siempre que una fallaba. Pero hace más de
veinte años que los picapedreros de los conventos han dejado de
visitarlos. Y desde entonces ha llovido mucho. Tanto que las tejas
del convento no han podido soportarlo y han dicho basta, provocando
una gran cantidad de goteras. La situación sería grave por sí sola,
sin embargo, justo debajo de las goteras se encuentra el belén
monumental del convento, Bien de Interés CUltural (BIC).
Para poner solución a este problema, el Consell de Mallorca y el
convento firmaron ayer un convenio para la restauración de la
cubierta dañada. Las obras empezarán en marzo y durarán cuatro
meses. El coste será de 163.000 euros.
Los picapedreros tendrán un trabajo complicado. El tejado que ha
de repararse sólo tiene acceso para una escalera de caracol. Pero
los técnicos ya han inspeccionado el terreno y no habrá problemas
para restaurar la cubierta.
La estructura actual se salvará, así como el 25% del material
existente. El resto tendrá que cambiarse, aunque se mantendrá la
fisonomía del lugar. Hasta el momento las piezas del belén, uno de
los más visitados de Mallorca, no han sufrido ningún tipo de daño.
Las figuras han estado cerradas en armarios a sabiendas o envueltas
en plástico. Justo debajo del tejado podrán ganarse dos salas de
muchos metros cuadrados. Son las mismas que ahora están ocupadas
por una legión de palanganas de plástico que acogen el agua que se
escuela de los tejados.
Joan Mas, director insular de Patrimoni Històric, explicó que
«esta recuperación de los tejados permitirá no tan sólo proteger el
convento, sino también el belén, un bien esencial». Una de los dos
comisarios de la exposiciones que se hacen en el convento, Aina
Pascual, dijo que «gracias a este convenio podremos dar a conocer
nuestro patrimonio en el futuro, porque la obra permitirá preservar
el convento y el belén durante siglos». La superiora del convento,
sor Aina, explicó que «el convento fecha del 1668, y esta cubierta
es un poco posterior. Desde entonces ha llovido mucho y sin el
Consell no podríamos recuperar este tejado y proteger este
patrimonio, que no es de las monjas, sino de todos los mallorquines
que pueden beneficiarse visitándolo».
La consejera Dolça Mulet también mostró su satisfacción por la
futura recuperación de la cubierta «siempre estaremos con el
patrimonio mallorquín y muy especialmente con el belén de las
Caputxines».
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