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El escritor y creador plástico Lluis Maicas expondrá a partir del día 3 sus últimas piezas-objeto en la galería Joan Oliver «Maneu» de Palma. El título elegido para la muestra es «El ventre de les marees». Son obras creadas a partir de elementos que el mar devuelve a las playas, lo que el autor define como «restos de naufragios» tanto en el sentido literal de la expresión como en el figurado, «restos de naufragios personales». En el catálogo van acompañadas por poemas de Miquel Mestre. Maicas entiende la creación plástica como «la prolongación del trabajo creativo», sobre todo porque, en la actualidad, «los límites de la creación son muy confusos». Aunque confiesa que se siente «mejor escribiendo», «hacer estas construcciones me descargan, disfruto», puesto que escribir le supone un cierto sufrimiento «quizás porque he sido educado en una lengua que no es en la que escribo».

Cuerda, madera, porespán, metal, hierros oxidados son algunos de los materiales que utiliza para componer esculturas y cajas-contenedores que podrían recordar el trabajo de Brossa, aunque él opina que su piezas anteriores tienen más del artista catalán, cuya obra plástica se expone actualmente en Es Baluard. «Con todas mis limitaciones, creo que estas últimas construcciones son más plásticas que textuales», señala. Maicas «no sabría» explicar en qué corriente podía ubicarse este trabajo, aunque cuando habla de influencias surgen nombres de artistas-escritores, o escritores-artistas, por lo que parece quedar claro que como hombre de letras no puede sustraerse al peso de las mismas. «Como espectador me resulta difícil darles una influencia concreta», reflexiona.

Esos elementos que el mar deposita sobre la arena, a veces erosionados por el roce del agua salada, otras llenos de herrumbre, quedan impregnados de color tras su manipulación por al artista, que utiliza colores intensos, rojos, amarillos, azules, en lo que define como «terapia del color, visual y anímica» que le aleja del «pesimismo» que le caracteriza, asegura. Y respecto al público que acuda a contemplar las piezas, espera que le irradien «buenas sensaciones».