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Quimi Portet, que fue el 50 por ciento de El Último de la Fila, presenta su último disco, «La terra és plana», hoy en el Teatre d'Artà dentro del Cool Days Festival. Será la primera vez que toque en directo en la Isla después de la disolución del famoso grupo catalán, en 1998. Portet asegura que «no vamos a reunirnos como grupo (con Manolo García) porque estamos muy bien así, cada uno desarrollando sus proyectos en solitario, haciendo lo que a cada uno le apetece más. Cada vez intento hacer más lo que pienso y disimular mi yo cada vez menos. Intento, en pocas palabras, potenciar mis talentos y aparcar mis defectos. Cuando hice mi segundo larga duración, 'Hockei sobre padres', aún estaba inmerso en los procedimientos del trabajo en grupo. Ahora ya no».

Portet asegura «estoy orgulloso de mi etapa con El último de la Fila y me considero muy afortunado con mi carrera profesional. Ahora tengo 47 años y ya no soy aquel jovencito. Intento hacer un trabajo más maduro. La bestia pública ha cedido el puesto a la bestia más personal, más íntima y privada». El músico recuerda que «canto en mi lengua, el catalán, porque es la mía. La de mis padres. Siento en esta lengua y me gusta expresarme con ella, aunque estoy también muy satisfecho con todo lo que hice en castellano para El Último de la Fila».

Sobre el título de su último disco, dice que «decir que la tierra es plana me parece una mentira que no hace daño a nadie, al contrario de otras mentiras que sí son muy perjudiciales, como decir que en Irak hay armas de destrucción masiva. De todas formas, no hablo de política en mis discos y sí de cosas más personales. Pero no me considero apolítico».