«El crack ya está encima», dijo Miguel Àngel Sancho, de Blau.
«Es el último tren que podemos coger», apuntó Ignacio
Fernández-Allende, responsable de la Sociedad general de Autores
(SGAE) en Balears. Ambos se referían a la necesidad que tenía la
industria cultural de un Plan Antipiratería, que ayer aprobó el
Consejo de Ministros y ha satisfecho a los sectores implicados. El
Plan Integral en Defensa de la Propiedad Intelectual, más conocido
como Plan Antipiratería, que implica a 11 ministerios, contempla
medidas de carácter urgente para luchar contra el top manta y las
descargas ilegales en Internet. Entre ellas, el fiscal general del
Estado dictará instrucciones para unificar criterios en el
tratamiento del delito, se creará un grupo policial específico
sobre delitos relacionados con la propiedad intelectual y planes
territoriales de actuación policial, se formará una mesa de trabajo
que junto a los sectores implicados abordará los instrumentos para
luchar contra la piratería en la Red y fomentará la
autorregulación.
La ministra portavoz, María Teresa Fernández de la Vega, explicó
que se aprobó con carácter de «urgencia» ante la situación por la
que está pasando la música y el cine, que «están literalmente
tirados por los suelos». «El País» publicó el pasado miércoles que
la piratería ha provocado la destrucción de 1.500 empleos directos
y pérdidas de 200 millones de euros anuales. Sancho recordaba que,
en cuanto a la música, «se han reducido muchos puntos de venta y
cerrado muchas tiendas». Toni Fernández, de Ona Digital, ponía un
ejemplo sobre uno de los grupos que produce, Cap Pela, que siempre
se había defendido bien en el mercado. «Venden menos, pero no
porque no tengan capacidad para ello, sino que los primeros 500
discos vendidos se convierten en 5.000 con la copia privada». «En
Baleares se da una circunstancia que no sucede en el resto del
Estado, la judicatura está dividida en cuanto a sentencias
favorables y en contra sobre piratería», dijo
Fernández-Allende.
En un plazo máximo de tres meses se creará una comisión
intersectorial integrada por representantes de todas las
administraciones públicas con responsabilidad en la materia, de las
entidades que defienden los derechos de propiedad intelectual, de
la industria de las tecnologías y las comunicaciones, y de las
asociaciones de consumidores. Esta comisión marcará las líneas
directrices del Plan así como el control de su ejecución.
Fernández-Allende cree que este órgano, «en el que tendremos voz y
voto», es uno de los avales del Plan porque las medidas se pueden
ir «corrigiendo» si no funcionan bien. Para Toni Fernández, «los
grandes cómplices de la piratería son los suministradores de
telefonía ADSL» y Fernández-Allende dice que «tendrán que
autorregularse, como sucede en Francia, porque, de lo contrario,
tendrá que haber una intervención». Pero la industria también
deberá hacer una seria reflexión, tendrá que «estar a la altura,
dar mejor imagen y analizar qué podemos aportar y provocar mayor
creatividad», concluyó el responsable de la SGAE en Balears.
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