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Los lectores rebuscaban en las paradetes de libros y tebeos la ganga que les permitía completar una colección o aquel cómic que les remitía a una infancia o juventud ya lejana. Entre vuelta y vuelta, en el bar con terraza instalado para la ocasión degustaban una buena rebanada de sobrasada casera, un trozo de excelente coca dulce y paliaban el calor con un refresco. En la mañana de ayer, el patio de La Misericòrdia, en Palma, acogió la novena edición de la Fireta de Llibres i Tebeos Vells. A pesar de que la jornada invitaba al primer baño playero, el evento reunió a 1.600 personas.

Joan Miquel Morey, llibreter y uno de los organizadores, se mostraba ayer por la tarde satisfecho con la asistencia. «La cifra de participantes está muy bien para ser un domingo de puente, piense que en otras ediciones hubo algo más de 2.000», comentaba. Los soportales del patio se llenaron de vendedores de nostalgia, aventuras de el capitán Trueno, de lejanas hazañas bélicas, personajes del manga o de las travesuras de aquellos cinco amigos que creó la escritora Enid Blyton.

La feria, que comenzó temprano, se desarrolló hasta el medio día y, además de propuestas de lectura, el programa ofrecía otras actividades. Por ejemplo, se vendieron puntos de libro en solidaridad con C'an Gatzà; Torotos Mallorca organizó un taller de caligrafía japonesa; Tol Eressëa, un cine forum sobre «El señor de los anillos»; hubo música con el grupo Miranda Jazz Quartet Band; Nati de Grado contó cuentos; se distribuyó el «Quadern de sa fireta nº 0» y se proyectó el musical «Players».