Mallorca, que lidera el programa «Cultourest» de restauración de
patrimonio y creación de rutas, también pondrá en marcha una red de
restauradores europeos pertenecientes a los cinco países que forman
parte del citado proyecto, cofinanciado por la Comunidad Europea.
Así lo explicó ayer Joan Mas, director insular de Patrimoni, en
Ladispoli, municipio cercano a Roma (Italia), donde estos días se
reúnen los responsables y técnicos del departamento de Patrimoni
Històric del Consell Insular de Mallorca (CIM) con sus homólogos de
Cerdenya, Alexandroupolis (Grecia), Lagoa (Portugal), Lebork
(Polonia) y Ladispoli, todos ellos lugares turísticos y algunos,
como la Isla, zonas marítimas. Respecto a la creación de esta red
europea de restauradores, proyecto que ha surgido durante estos
días, «se trata de aprovechar la relación con estos países europeos
y las posibilidades de las nuevas tecnologías para organizar un
intercambio de restauradores entre los participantes en
'Cultourest', una red de profesionales dedicados a la conservación
del patrimonio», manifestó Carbonell. La intención es crear una
página web en la que estarán fichados todos estos profesionales y
donde se podrán hacer consultas directas. El proyecto cuenta con
fondos para desarrollarla, aseguró Joan Mas. Mallorca será la
responsable de ponerlo en marcha.
Roberto Garau, concejal de Cultura y Turismo de Ladispoli,
valoró ayer muy positivamente esta relación de trabajo entre países
europeos porque, aseguró, «creemos firmemente en que nuestro futuro
depende del desarrollo del turismo cultural relacionado con la
arqueología»; a lo que Mas apuntó: «Todos hemos coincidido en eso,
en que vivimos del turismo, pero en que debemos ofrecer otra
alternativa al sol y playa y esa es la del patrimonio». Los
mallorquines, como impulsores de «Cultourest», se han puesto a la
cabeza de estos cinco países para llevar adelante un trabajo
conjunto en el que cada socio del grupo recibe dinero de la
Comunidad Europea para desarrollar un programa propio de
restauración de bienes patrimoniales muebles e inmuebles, al mismo
tiempo que se intercambia todo tipo de información relacionada con
el patrimonio y las rutas culturales.
Basándose en la especifidad de cada una de las zonas implicadas,
el Consell, durante estos días, ha organizado el trabajo común,
cuyos primeros resultados deberán presentarse en septiembre en la
próxima reunión de los cinco, que será en Lebork (Polonia). «Como
líderes de 'Cultourest' hemos repartido responsabilidades», afirmó
Joan Mas. Las exigencias de la CE obligan a trabajar con rigor, en
unos plazos determinados y a justificar todos los gastos, por lo
que el grupo debe autocontrolarse y «ponerse las pilas» para que
todo el mundo cumpla con su función y «Cultourest» salga adelante,
dijo Mas. El CIM se encarga de definir los objetivos y el grupo
polaco, de recabar la información sobre las técnicas de
restauración, «ya que ellos en esto son punteros, llevan muchos
años trabajando con la gente sobre la interpretación del
patrimonio», comentó Maria Carbonell, restauradora del Consell y
directora del centro de Son Rossinyol, recientemente inaugurado en
Palma. A los sardos les ha tocado seguir el desarrollo de cada una
de las rutas y los italianos, como grandes expertos en la difusión
del patrimonio, «porque viven fundamentalmente de ello», deben
responsabilizarse de dar a conocer «Cultourest» y de la creación
del logo. Todos compartirán estos datos y todos «vigilarán» que
cada uno cumpla con su cometido.
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