Egon Schiele murió cuando tan sólo tenía 28 años de edad, pero
su obra -junto a la de Gustav Klimt y Oskar Kokochska- marcó las
bases de la que sería la contribución austríaca al expresionismo.
Las salas temporales del Museu d'Art Espanyol Contemporani de Palma
(Fundació Juan March) inauguraron ayer la exposición «Egon Schiele:
en cuerpo y alma», una selección de cincuenta de sus obras
realizadas sobre papel en las que el artista muestra «el cuerpo
como vía para explorar la condición humana», en palabras de Javier
Gomà, director de la institución.
Según detalló Javier Gomá, cuarenta de las obras seleccionadas,
que se podrán ver en este espacio hasta el próximo 3 de septiembre,
proceden del Museo Municipal de Viena, mientras que las otras diez
pertenecen a colecciones particulares y «corresponden a la etapa
más productiva del artista».
Gomá aseguró que a través de los dibujos de Schiele se puede
intuir la evolución del pintor, «que pasó de una etapa claramente
influenciada por Klimt, a una estética independiente para terminar,
paradójicamente, como retratista social, una vez consiguió cierto
reconocimiento tras la I Guerra Mundial». El director de
exposiciones de la institución, José Capa, remarcó que el eje de la
muestra es «la figura humana y, especialmente, el desnudo, que a
veces presenta de manera dramática y contorsionada, para otras
dibujarlo de una manera más explícita y erótica». También destacó
el gusto de Schiele por el autoretrato, un «sentimiento narcisista
que también tenía su explicación en la búsqueda de un arquetipo
estable con el que experimentar, así como «sus trazos, dibujos de
línea muy precisa, que reflejan su extraordinaria inventiva y
estilizada sofisticación».
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