Los trabajos arqueológicos realizados este verano en el Puig de
sa Morisca, en Calvià, han sacado a la luz dos habitaciones que
fechan del momento de la Conquesta (1229) adosadas a la torre
principal de época talayótica.
Uno de los codirectores de la excavación, Manel Calvo, explicó
que hasta el momento han aparecido numerosos restos de cerámica
almohade. Se trata principalmente, dada la función de las dos
habitaciones, de utensilios caseros. Las dos estaban distribuidas
con un fuego central para calentarse en el que también se han
encontrado restos de carbón. Estos hallazgos, explicó Calvo,
permitirán a los islamistas estudiar la madera que utilizaban como
combustible así como el modo de vida de los almohades fuera de la
Medina Mayurqa. Hasta ahora, son escasos los restos encontrados
fuera de la capital de este periodo, de ahí la importancia de este
encuentro, que permitirá profundizar en la cultura almohade
establecida en el campo. Toda la información de la campaña se
pasará a expertos en el periodo islámico. Sin embargo, la riqueza
del yacimiento va más allá al encontrarse adosado a la torre
talayótica.
Los trabajos los llevan a cabo un equipo de quince estudiantes
(alumnos de la UIB y becarios del Ajuntament de Calvià). El
objetivo, explicó el arqueólogo, es agotar todos los estratos. El
Puig de sa Morisca, con una vista privilegiada sobre la bahía de
Calvià, contaba en época talayótica con cuatro torres de
vigilancia. La que este año se está sacando a la luz es la
principal, la más elevada, con un ángulo de visibilidad de 360
grados. Desde ella se divisa todo el municipio, a excepción de
Bendinat y Portals Nous. Durante la Guerra Civil, sobre los restos
se construyó otra torre de vigilancia de la que todavía hoy se
conservan restos.
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