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NICO BRUTTI
Felanitx se rindió anoche a los colores de Brasil. Se tiñó de amarillo y verde. Con calor, como es el Carnaval de Salvador de Bahía, el percusionista brasileño Carlinhos Brown presentó en el Parc de sa Torre su espectáculo «Sarau de Brown» ante más 7.000 personas preparadas para disfrutar de uno de los eventos más esperados del verano a ritmo de samba, capoeira, salsa, tango, flamenco, pop y batucada.

Con una quincena de músicos sobre el escenario y una lluvia acústica incesante, el concierto de Carlinhos Brown fue impactante e hizo mover los pies de los asistentes desde las primeras notas. Por si esto no bastara, el brasileño habló continuamente con el público, les hizo cantar, aplaudir y fundirse en ese abrazo prolongado y dulce que escenifica introduciéndose, micrófono en mano, en medio de la muchedumbre.

Cada vez que daba una indicación, todos los seguían. Y cada vez que pronunciaba una frase de sus populares «Carlitos Marrón», «Maria Caipirinha» o «María Respeto», el público bailaba, vibraba, alzaba las manos y cantaba al unísono, así como con algunos de sus temas más conocidos como «Rapunzé» o «Já sei namorar». Con el saber hacer que caracteriza sus actuaciones, hizo que fuera una noche apta para todas las edades, con un regusto al Carnaval de su ciudad natal, Salvador de Bahía. Aunque «sin sexo y caipirinhas», como apuntaban algunos de los muchos brasileños que no quisieron perderse esta cita con Carlinhos.