Cuando Roddick salió a la pista central Arthur Ashe para recibir
una gran ovación de los miles de espectadores neoyorquinos que
llenaban las gradas, todos estaban convencidos, incluido el propio
Muller, que iba a ser la gran noche para el jugador estadounidense,
tanto deportiva como personal.
Celebraba sus 23 cumpleaños, era el cuarto cabeza de serie y uno
de los grandes favoritos al título, un premio asegurado de 1,1
millón de dólares por ganar las «Series US Open», la imagen y
promoción del torneo, y además envuelto en los rumores de su
romance con la nueva reina del tenis femenino, la rusa María
Sharapova.
El marco no podía se más perfecto para que Roddick tuviese una
noche estelar, pero lo que no estaba en el guión montado por los
organizadores del Abierto era que surgiese la figura de Muller, un
joven de 22 años, que se olvidó de todo lo que le rodeaba y exhibió
el tenis perfecto para dejar eliminado (7-6, 7-6 y 7-6) al campeón
del 2003.
El australiano Lleyton Hewitt, tercer cabeza de serie, debutó en
el US Open con una victoria fácil por 6-1, 6-2 y 6-2 ante el
español Albert Costa, en el primer partido de la tercera jornada
del último torneo de Grand Slam.
El partido, que duró una hora y 20 minutos, no tuvo más historia
que ver como Hewitt, de 24 años, dominaba en todos los aspectos del
juego a un Costa, número 104 del mundo. Hewitt, que ganó el Abierto
en el 2001 y llegó a la final el año pasado ante el suizo Roger
Federer, confirmó que está listo para ser considerado entre los
favoritos al título.
Pero la gran decepción española fue Juan Carlos Ferrero, que
cayó eliminado por 7-5, 7-5 y 6-1 ante el francés Arnaud Clement.
El valenciano volvió a demostrar que no está en su mejor momento de
forma ni de confianza y por ahí comenzó a perder el partido.
Aunque el jugador español dijo que su rival había hecho un buen
partido, la realidad es que el tenis de Ferrero volvió a estar
carente de consistencia en los golpes desde el medio de la pista y
tampoco arriesgo en las acciones decisivas.
«Siempre es difícil asimilar cuando pierdes en la primera ronda
de un torneo y más cuando he estado jugando bien en las dos últimas
semanas, pero después de haber comenzado agresivo y fuerte al final
no pude cerrar los sets», declaró Ferrero. «Después de perder los
dos primeros sets en el tercero ya no me sentí cómodo y me faltó
concentración».
La cara opuesta fue la de Nicolás Almagro, que ganó por 7-6, 7-5
y 6-4 al danés Kenneth Carlsen. A pesar que su rival era un jugador
de pista rápida y zurdo, Almagro se adaptó muy bien a ambos
factores y desde el comienzo consiguió imponer el ritmo desde el
fondo de la pista. Almagro demostró que tenía muy bien aprendida la
lección de como jugarle a su rival.
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