La «crueldad en las relaciones laborales» y la «idea de juego
como metáfora de las relaciones humanas» son los ejes en torno a
los que se desarrolla «El métode Grönholm», la exitosa obra escrita
por Jordi Galcerán que, tras recibir el beneplácito de crítica y
público en la Península, llega a Mallorca el próximo día 14 para
representarse en el Auditòrium de Palma hasta el próximo 18.
Protagonizada por los actores catalanes Lluís Soler, Jordi Díaz,
Roser Batalla y Jordi Boixaderas, la obra narra la fase final de
selección a un puesto de alto ejecutivo de una multinacional por el
que luchan cuatro candidatos.
Fue un hecho real ocurrido en Madrid hace unos años, que tuvo un
gran eco en la prensa, lo que dio a Galcerán la idea de escribir el
texto. En la basura se encontraron solicitudes de trabajo a una
cadena de supermercados en las que el encargado de la selección
había anotado sus impresiones sobre los entrevistados, opiniones
personales de corte racista, machista y xenófobo en las que
apuntaba frases como: «Extranjero gordo», «esta no, por gitana y
por fea».
A partir de ahí, Galcerán se plantea «hasta dónde estarían
dispuestos a llegar sus personajes para obtener un puesto de
trabajo y cuáles serían los límites morales de actuación de los
cuatro candidatos». Según cuenta el dramaturgo en la documentación
sobre la obra, la crueldad citada al inicio de estas líneas se
plantea en el contexto de la selección de personal y apunta que las
pruebas a las que son sometidos sus personajes «por increíble que
parezcan, están inspiradas en técnicas auténticas de selección
documentadas en manuales de especialistas en la materia».
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